Let them Burn…
Trapped in the crotch of the beast
I lick her spells of abomination
Oh Queen of the dead
Give me your immortality
Throughout curses, I've become a priest of the black Sun
Absorbing all light and spitting the venom of existence
Trampling all holiness in elation and blasphemy
Death heralds my arrival, coldness, darkness and rot
The vermin crawls out from the symbol of imaginary holiness
Devouring the rotting carcass of false messiah
Inevitable destruction of divine sheep
Flames of eternal damnation devour their souls
Shit prayers directed into nothingness
Adoration of the fallen kingdom - let Eden burn!
Oh Queen of the dead, look at the mercy given by suicide
A relief given to those blind masses
It is a gift for their leper souls
The final step into the abyss, through self-destruction
This is a step towards the burning sky
Oracle caresses the mind, guiding to the edge of madness
There is no retreat
Blood flows down like a river of scum, without compassion and pain
Forsaken flee toward the kingdom of eternal chaos
Que los quemen...
Atrapado en la entrepierna de la bestia
Lamo sus hechizos de abominación
Oh Reina de los muertos
Dame tu inmortalidad
A través de maldiciones, me he convertido en un sacerdote del Sol negro
Absorbiendo toda luz y escupiendo el veneno de la existencia
Pisoteando toda santidad en éxtasis y blasfemia
La muerte anuncia mi llegada, frío, oscuridad y podredumbre
La alimaña se arrastra desde el símbolo de la santidad imaginaria
Devorando el cadáver podrido del falso mesías
Destrucción inevitable de ovejas divinas
Llamas de condenación eterna devoran sus almas
Mierda de oraciones dirigidas hacia la nada
Adoración del reino caído - ¡que Edén arda!
Oh Reina de los muertos, mira la misericordia dada por el suicidio
Un alivio dado a esas masas ciegas
Es un regalo para sus almas leprosas
El paso final hacia el abismo, a través de la autodestrucción
Este es un paso hacia el cielo ardiente
El oráculo acaricia la mente, guiando hacia el borde de la locura
No hay vuelta atrás
La sangre fluye como un río de escoria, sin compasión y dolor
Abandonados huyen hacia el reino del caos eterno