Ahora
Oh, cuántos engañados,
Confían en el futuro!
Y cuántos condenados,
Por siempre rechazar
La salvación gratuita
Que Dios tiene para dar!
En la noche eterna descienden,
En tinieblas van a penar!
Permitan que entre la gracia
En sus corazones;
Permitan que Dios deshaga
Sus visibles cadenas.
Con su resistencia
Se vuelven más duros;
Tomen conciencia
De cuánto peligran.
Aunque tuvieran
El mundo y su favor,
¿Qué recompensa tendrían
Sin tener al Salvador?
Pues pronto llega la hora
De rendir cuentas a Dios;
Conviértanse desde ahora
En amados hijos suyos!