395px

Historia

DDT

Istoriia

Vot (na svidan'e) ia idu, nastal pobednyj chas.
Teper' ia vstretit'sia mogu s ulybkoj karikh glaz.
Reshil ia ehtot vecher svoj s nej provesti vdvoem.
Drug druga za ruki derzha my veselo idem.

A tut, kricha "privet, starik", navstrechu drug idet,
Ulybkoj razdvigaia svoj i tak nemalyj rot.
"A ehto kto, nu, poznakom', prekrasna i mila.
Kuda, starik, ee vedesh', i kak tvoi dela?"

"A vprochem, s vami ia projdus', i ty rasskazhesh' mne
Kak zhil, trudilsia, otdykhal, a ia ... "
I vot ikaia ia pykhtel i dergal nervno brov'.
Ia s detstva delikaten byl khot' i kipela krov'.

Ia mrachen stal i molchaliv, on ne v primer mne pel,
Krichal duratskie stikhi, i na nee gliadel.
I, govorivshi obo vsem, ostrotami brosal,
A vspomniv drevnij anekdot, kak loshad' khokhotal.

Vsemu prikhodit svoj konets, imeet vse predel.
A na proshchan'e ej v glaza vzglianut' ia ne posmel.
Ona, namorshchiv nosik svoj, obidevshis', ushla.
Ne poluchilsia prazdnik nash - takie vot dela.

A drug, on riadyshkom stoial, skazal igrivo mne:
"Pojdem-ka vyp'em, ne grusti, ved' radost' vsia v vine.
Ne promeniaesh' ty druzej na zhenshchin, znaiu ia.
A u nee, zamet', nam nuzhno bylo tri rublia, rublia, rublia..."

Historia

Aquí (en la cita) voy, ha llegado la hora de la victoria.
Ahora puedo encontrarme con ella con una sonrisa en sus cálidos ojos.
Decidí pasar esta noche con ella a solas.
Tomados de la mano, caminamos alegremente juntos.

Y de repente, grita 'hola, viejo', viene hacia nosotros otro amigo,
Separando su boca grande con una sonrisa.
'Y este, ¿quién es? Vamos, preséntame, hermosa y amable.
¿A dónde, viejo, la llevas y cómo estás?'

'Por cierto, caminaré contigo y me contarás
Cómo viviste, trabajaste, descansaste, y yo...'
Y así, jadeando y frunciendo el ceño nerviosamente,
Desde la infancia fui delicado aunque hirviera la sangre.

Me volví sombrío y callado, él no cantaba como yo,
Gritaba versos tontos y la miraba a ella.
Y, hablando de todo, lanzaba sus aguijones,
Y recordando un antiguo chiste, como un caballo se reía.

Todo tiene su fin, todo tiene un límite.
Y al despedirme no me atreví a mirarla a los ojos.
Ella, frunciendo su nariz, ofendida, se fue.
Nuestra fiesta no resultó como esperábamos, así son las cosas.

Y mi amigo, parado con su risa, me dijo juguetonamente:
'Vamos, bebamos, no estés triste, la alegría está en el vino.
No cambias a tus amigos por mujeres, lo sé.
Y con ella, fíjate, necesitábamos tres rublos, rublos, rublos...'

Escrita por: