Amar sin pedir nada a la vida,
Resanando mil heridas, así yo te quiero a ti.
Con fe en la luz de tu mirada,
En tu voz y en tus palabras se ha formado mi querer.
Tal vez no he llegado a comprenderte.
Y en mi afán por adorarte, me olvidé de la ilusión.
Perdón, si he escondido una caricia, una frase, una sonrisa, a tu ansioso corazón.
Quiero, vida, que comprendas que nuestro cariño
Es tan puro como el alma de inocente niño;
Que yo soy sólo de ti,
Que tú eres para mí la vida, la luz y el amor.

Composição: Erasmo Díaz Yuiján