Gral
Behutsam oeffne ich den Binder der mir den Weg nun weist.
Kraft die tausend Daemonen gleicht entsteigt dem Blatt,
fesselt, verschlingt mich...
Doch mein Werk gebraucht noch einen Mond.
Der Gral im Dunkel lueftet sein Versteck,
bedachtvoll nehme ich ihn an mich, er ist mit Lebenselexier gefüllt,
noch frisch und rein. Der Kelch sich leert,
vereinigt alle Macht in mir.
Ein Thron entsteigt dem kalten Stein,
Wind peitscht durch die Wipfel, Donner grollt.
Das Himmelsschwert entfacht die Menschheitsbauten, die Feuersbrunst
ergibt sich mir, Gewaesser tossen, die Mutter reckt den Laib,
sie zeigen mir die Macht in meinen Haenden.
Legionen, Reiter, das Unterweltenvolk erweisen mir den Dienst.
All' der Sonnenschein erblasst bricht aus den Fugen seiner Zeit.
Der Erdenschlund reißt auf, begräbt das Diesseits bald.
Der juengste Tag ist nah.
Gral
Con cuidado abro el lazo que me muestra el camino ahora.
Una fuerza que se asemeja a mil demonios emerge de la hoja,
me ata, me consume...
Pero mi obra aún necesita una luna más.
El Grial en la oscuridad revela su escondite,
con cautela lo tomo, está lleno de elixir de vida,
todavía fresco y puro. El cáliz se vacía,
uniendo todo el poder en mí.
Un trono emerge de la fría piedra,
el viento azota a través de las copas de los árboles, el trueno ruge.
La espada celestial enciende las construcciones de la humanidad, el fuego
se rinde ante mí, las aguas se agitan, la madre extiende su cuerpo,
me muestran el poder en mis manos.
Legiones, jinetes, el pueblo de los inframundos me sirven.
Todo el resplandor del sol palidece, se desmorona fuera de su tiempo.
La grieta terrenal se abre, pronto enterrará este mundo.
El día del juicio final está cerca.