Está Na Hora
Eu penso enquanto mateio,
e mateando a gente pensa,
será que morreu a crença
da indiada do pastoreio?
Com três séculos e meio,
fazendo pátria e querência,
ou será que a incompetência
de uns e a má fé de outros
tiraram de índios potros até
o ar de independência!
Aprendi na mocidade,
algo que ninguém me tira,
que não há meia mentira,
tampouco meia verdade
e nem meia liberdade,
pois não pode ser cortada,
quem acha o rumo da aguada,
não morre de sede a míngua,
e quem fala meia língua,
termina dizendo nada!
Já é hora da indiada,
que a velha capitania,
dentro da democracia,
voltasse o que foi outrora,
gaúchos de ontem, agora,
sempre o mesmo sentinela,
a pátria verde-amarela
nasceu aqui nestes planos,
e os velhos taipas pampeanos
nunca se apartaram dela!
Meu grito de revolta
neste descontrole imenso,
mas um alerta ao bom senso,
e é sempre a melhor escolta,
para que o país de volta,
por si só se siga sozinho,
o patrocínio daninho, de fora,
nós não queremos,
deus permita, superemos,
'solitos' nossos caminhos.
Dentro da filosofia a qual
sempre nos filiamos
quando pátria nos tornamos
na essência e na ideologia,
o gaúcho de hoje em dia,
tem a mesma dimensão
e guardada a dimensão
entre presente e passado,
é o mesmo pastor soldado,
do início da formação.
Se as distâncias encolheram,
as inquietudes ficaram
se os tempos se transformaram,
as ânsias permaneceram,
e os centauros não morreram,
no sentir e no pensar,
o impulso de gauderear,
latente se transfigura,
na defesa da cultura
que ninguém pode esmagar.
Aí está o gaúcho atual,
muito mais do que pilchado,
alerta e conscientizado
de todo o seu potencial,
a transformação social foi feita,
ele permanece,
tem consciência, não esquece,
conhece a luz que procura
e sabe que a noite escura,
termina quando amanhece!
É hora depois da espera,
que haja uma volta por cima,
o povo, matéria prima,
merece uma primavera,
e os que manejam a esfera
encontrem uma maneira
p'ra que a nação brasileira,
não vá a tranco e solavanco,
pulando de banco em banco,
como coruja em tronqueira.
Es la Hora
Yo pienso mientras tomo mate,
y tomando mate la gente piensa,
¿habrá muerto la creencia
de la gente del pastoreo?
Con tres siglos y medio,
haciendo patria y querencia,
o será que la incompetencia
de unos y la mala fe de otros
les quitaron a los indios potros
hasta el aire de independencia!
Aprendí en mi juventud,
algo que nadie me quita,
que no hay medias mentiras,
ni medias verdades
tampoco media libertad,
pues no puede ser cortada,
quien encuentra el rumbo del agua,
no muere de sed a la intemperie,
y quien habla a medias,
termina diciendo nada!
Ya es hora de la gente,
que la vieja capitania,
dentro de la democracia,
vuelva lo que fue antes,
gauchos de ayer, ahora,
siempre el mismo centinela,
la patria verde y amarilla
nació aquí en estos llanos,
y los viejos fuertes pampeanos
nunca se apartaron de ella!
Mi grito de rebelión
en este descontrol inmenso,
pero una advertencia al buen juicio,
y siempre es la mejor escolta,
para que el país de vuelta,
por sí solo siga su camino,
el patrocinio dañino, de afuera,
nosotros no lo queremos,
dios permita, superemos,
solos nuestros caminos.
Dentro de la filosofía a la que
siempre nos adherimos
cuando patria nos volvemos
en la esencia y en la ideología,
el gaucho de hoy en día,
tiene la misma dimensión
y guardada la dimensión
entre presente y pasado,
es el mismo pastor soldado,
desde el inicio de la formación.
Si las distancias se acortaron,
las inquietudes quedaron
si los tiempos se transformaron,
las ansias permanecieron,
y los centauros no murieron,
en el sentir y en el pensar,
el impulso de gaudear,
latente se transfigura,
en la defensa de la cultura
que nadie puede aplastar.
Ahí está el gaucho actual,
mucho más que vestido de pilchas,
alerta y consciente
de todo su potencial,
la transformación social se hizo,
él permanece,
tiene conciencia, no olvida,
conoce la luz que busca
y sabe que la noche oscura,
termina cuando amanece!
Es hora después de la espera,
que haya una vuelta por arriba,
el pueblo, materia prima,
merece una primavera,
y los que manejan la esfera
encuentren una manera
para que la nación brasileña,
no vaya a tumbos y sacudones,
saltando de banco en banco,
como búho en su nido.