¿Qué tiempo me queda,
qué tiempo me dan?
Mañana temprano,
¿quién me va a matar?
Todavía puedo sentirme compañero
del perseguido y del perseguidor,
siempre que el perseguido no huya
y el perseguidor no se crea un dios.
Todavía puedo resultar útil
en una batalla por la verdad,
siempre que la verdad no se adorne
y no se crea la única verdad.
Todavía puedo hasta desnudarme
delante de quien quiera mirar
siempre que la mirada no sea
de las que no pueden ver más allá.
Todavía puedo sentirme puro,
la pureza no me viene mal,
mientras no esconda lo sucio que tengo
puedo lavarme y volverme a ensuciar.
Todavía puedo tener fe en el futuro
ya que el futuro está por llegar
y el hombre no sobrevive a sus sueños,
no ve tan siquiera ni la mitad.
Yo me sé el cuento de que un día cualquiera
la soga del tiempo me va a amarrar
pero mientras me quede un segundo
todavía puedo besar o matar.