Esta música que se oye
viene de la mano
de todos los hombres
que traen consigo las distancias
y la pechera manchada
por su condición humana,
que traen tierra con sus botas
desde que luchan y andan por amor,
desde que viven o mueren a manos de bestias,
también por amor.
Esto hubiera querido ser un réquiem,
pero es imposible cantarle a la muerte
de los traen consigo tanta vida,
tanta historia.
¡Hay que cambiar crespones y lágrimas
por otros tantos disparos en su honor!