Declaimed Prelude
Outside the walls - the guardians
Inside the walls - the accused
Inside the wall - the Inquisitor!
Everything must be written, questions and answers...
Save we must the heretic from himself
Inquisitor, secrecy is your strength, may your authority prevail
Engrave each instruction and procedure in your mind and then,
Inspired by the cross,
Talk to the pig-headed, impenitent stubborn heretic
Talk severe or with shady persuasion
Lead the impenitent to your Truth!
The bread of sorrow, the water of tribulation...
Distrust I must!
Doubt I must!
Instrument of the demon is the unfaithful heretic,
The shrewd serpent with a bifurcated tongue must, in the end, spit the venom
Cautious, guarded I proceed with the wicked...
Calm voice, patience and comprehension
Behind my piercing look he will kneel down... On his knees!
From the height of my throne dig into your heart
My words explore your mind
You know I see your ambiguity, your reserve and your terror!
The evil tree darkens and puzzles you!
Confess your deception and I will pardon you, you will be free.
Here you lie frightened in the mud which is suffocating you.
Hide you cannot from the judge who calls upon you to repent!
Confess! and you will receive my pity...
A mental torture the interrogation
Torture that traps the accused
In the labyrinth of self-incriminating suspicion
The inquisitor, in his fervor,
Expounds the thoughts of the accused in his reactions,
Expounds the unspoken thought
Now the Inquisitor rules: "This is the crime!"
The accused confesses his sin, spontaneously;
he confesses his blame against the divine order
Preludio Declamado
Fuera de los muros - los guardianes
Dentro de los muros - los acusados
¡Dentro del muro - el Inquisidor!
Todo debe ser escrito, preguntas y respuestas...
Debemos salvar al hereje de sí mismo
Inquisidor, el secreto es tu fuerza, que prevalezca tu autoridad
Graba cada instrucción y procedimiento en tu mente y luego,
Inspirado por la cruz,
Habla con el testarudo, impenitente hereje
Habla severo o con persuasión sombría
¡Lleva al impenitente hacia tu Verdad!
El pan del dolor, el agua de la tribulación...
¡Debo desconfiar!
¡Debo dudar!
Instrumento del demonio es el hereje infiel,
La astuta serpiente con lengua bifurcada debe, al final, escupir el veneno
Cauteloso, guardado procedo con el malvado...
Voz calmada, paciencia y comprensión
Detrás de mi mirada penetrante se arrodillará... ¡De rodillas!
Desde la altura de mi trono escarba en tu corazón
Mis palabras exploran tu mente
¡Sabes que veo tu ambigüedad, tu reserva y tu terror!
¡El árbol maligno te oscurece y te confunde!
Confiesa tu engaño y te perdonaré, serás libre.
Aquí yaces asustado en el fango que te está sofocando.
¡No puedes esconderte del juez que te llama a arrepentirte!
¡Confiesa! y recibirás mi compasión...
Una tortura mental la interrogación
Tortura que atrapa al acusado
En el laberinto de la autoinculpación sospechosa
El inquisidor, en su fervor,
Expone los pensamientos del acusado en sus reacciones,
Expone el pensamiento no expresado
Ahora el Inquisidor dicta: '¡Este es el crimen!'
El acusado confiesa su pecado, espontáneamente;
confiesa su culpa contra el orden divino