395px

El Silencio y la Campereada

André Teixeira

O Silêncio e a Campereada

Recorro o campo sozinho
Nem calculo há quanto tempo
Quando em quando, um assoviozinho
Se vai perdido no vento

Quietude nestas jornadas
E a alma não se machuca
As vozes das invernadas
Sem silêncio, não se escuta

O arroio canta pra pedra
Pra noite, o grilo nochero
O arado fala c'o a verga
E a estrela c'o caborteiro

Campo tem voz de porteira
De retoço da manada
Tem vento que chama poeira
E o mormaço, a manga d’água

Chuva no poço da sanga
Rufar de pala de seda
Canta o Sabiá pra pitanga
E o Angico pra labareda

É lindo o ranger do arreio
No escurão da noite cega
E o vento, sul de floreios
No encordoado das macegas
E o vento, sul de floreios
No encordoado das macegas

Quieto, cruzando o potreiro
Quando a manhã se perfila
Passo escutando o Barreiro
Saudando um rancho de argila

Guabiju, Ariticum
Range o rodado e se foi
A voz do homem comum
É o tempo chamando o boi

Tropel em várzea encharcada
Mareta beijando a taipa
Na aragem da madrugada
Cruza um sussurro de gaita

Com esse assovio antigo
E os cascos sonando o pasto
Meu mundo fala comigo
Pelos fundões d'onde eu passo

Não pense que eu sou sozinho
Que são tristes os dias meus
Ouço juras e carinhos
Desses campos de meu Deus

Recorro os campos solito
Nem calculo há quanto tempo
Quando em quando, um assoviozito
Se vai perdido no vento

Quietude nestas jornadas
Que a alma não se machuca
As vozes das invernadas
Sem silêncio, não se escuta
As vozes das invernadas
Sem silêncio, não se escuta

El Silencio y la Campereada

Recorro el campo solo
Ni calculo cuánto tiempo ha pasado
De vez en cuando, un silbido
Se pierde en el viento

Tranquilidad en estas jornadas
Y el alma no se lastima
Las voces de las invernadas
Sin silencio, no se escuchan

El arroyo canta a la piedra
Para la noche, el grillo nocturno
El arado habla con la verga
Y la estrella con el caborteiro

El campo tiene voz de tranquera
De retozo de la manada
Hay viento que levanta polvo
Y la neblina, la manga de agua

Lluvia en el pozo de la zanja
Tamborileo de la pala de seda
Canta el Sabiá a la pitanga
Y el Angico al fuego

Es hermoso el crujir de la montura
En la oscuridad de la noche ciega
Y el viento, sur de florituras
En el enmarañado de las matas
Y el viento, sur de florituras
En el enmarañado de las matas

Tranquilo, cruzando el potrero
Cuando la mañana se perfila
Paso escuchando el Barreiro
Saludando un rancho de arcilla

Guabiju, Ariticum
Rechina la rueda y se fue
La voz del hombre común
Es el tiempo llamando al ganado

Tropel en la vega encharcada
Mareta besando la tapia
En la brisa de la madrugada
Cruza un susurro de gaita

Con ese silbido antiguo
Y los cascos sonando en el pasto
Mi mundo habla conmigo
Por los rincones por donde paso

No pienses que estoy solo
Que son tristes mis días
Escucho juramentos y cariños
De estos campos de mi Dios

Recorro los campos solitario
Ni calculo cuánto tiempo ha pasado
De vez en cuando, un silbidito
Se pierde en el viento

Tranquilidad en estas jornadas
Que el alma no se lastima
Las voces de las invernadas
Sin silencio, no se escuchan
Las voces de las invernadas
Sin silencio, no se escuchan

Escrita por: André Teixeira / Ricardo Comassetto / Sergio Carvalho Pereira