Speak Not Of The Laudanum Quandary
The vanity of the opportunist
And narcissism on an imperial scale
Breeding spite and despotic aches
Finding form in entitlement
To steep in bloody euphori
The despicable canvas
Bleached whiter than death
Solitary molecules wander
From receptor to receptor
Come, spiteful opiate!
Invoking bliss as brittle as rapture
Like the harlequin balanced
Between his stilts and the noose
The sovereign tongue contorts and molests
Its dance as meretricious as the poppy!
A foul lecher drooling bile on these windows!
On this pristine filth
We’ve made our bed, and lord knows
We won’t be telling the truth in it
A cobblestone chorus; with all the tenacity
Of oxygen bent double on phosphorus
The tearing of the robe
As the curtains in the temple
The stretching of the rope
As a sordid fundamental
I let the flesh persist such that
In transient and passing stupor, I exist
Speak not, child, speak not
There’s an art to it
A prickling of every pore
Each follicle an antenna
Crackling static over cold skin
Vasoconstriction on every
Frequently flung out frequency
Individuals all lined up in sequence
Elated and unabated, pulse and pulse again!
Ah! To plaster the walls with the bone dust
And to smear over the concrete
With bloody viscosity
All born in the gutter to gutter-borne orphans
All limbs and no legacy, all in this together?
Hah! I’ll believe it, I’ll let it grow l
Lke plaque, when my head zips up at the back
Down from the ballpoint comes a great new divide
Sintering these crystallites
We’re less catalyst and more cattle-eyes
Two-faced phases falling, failing
Flailing against the undertow
In the pretence that they’re not
Just atoms in the cycle of reactant flow
And, as many are the flaxen locks
Rudely torn from the heads of children
Many are the pawns thrown without ceremony
From this mortal board
The Queen moves unperturbed
But there’s a wanton amoral grip about her throat
Abhorrent and abundant, resplendent on the velvet
The papaver is germinating
Not for want of soil, nor water
No hables de la encrucijada del láudano
La vanidad del oportunista
Y el narcisismo a escala imperial
Criando rencor y dolores despóticos
Tomando forma en el derecho
De empaparse en una euforia sangrienta
El despreciable lienzo
Blanqueado más que la muerte
Moléculas solitarias vagan
De receptor a receptor
¡Ven, opio despectivo!
Invocando la dicha frágil como el éxtasis
Como el arlequín equilibrado
Entre sus zancos y la soga
La lengua soberana se retuerce y ultraja
¡Su danza tan mercenaria como la amapola!
¡Un lúbrico lascivo babeando bilis en estas ventanas!
En esta inmaculada suciedad
Hemos hecho nuestra cama, y Dios sabe
Que no diremos la verdad en ella
Un coro de adoquines; con toda la tenacidad
Del oxígeno doblado sobre fósforo
El desgarrar de la túnica
Como las cortinas en el templo
El estiramiento de la cuerda
Como un siniestro fundamental
Dejo que la carne persista de tal manera
Que en un estupor transitorio y pasajero, existo
No hables, niño, no hables
Hay un arte en ello
Un hormigueo en cada poro
Cada folículo una antena
Chisporroteo estático sobre piel fría
Vasoconstricción en cada
Frecuencia lanzada con frecuencia
¡Individuos alineados en secuencia
Exaltados e incontenibles, pulso y pulso de nuevo!
¡Ah! Para enlucir las paredes con polvo de hueso
Y untar sobre el concreto
Con viscosidad sanguinolenta
Todos nacidos en la miseria, huérfanos nacidos en la miseria
¿Todos extremidades y sin legado, todos juntos en esto?
¡Ja! Lo creeré, lo dejaré crecer
Como la placa, cuando mi cabeza se cierra en la parte trasera
Desde el bolígrafo viene una gran nueva división
Sinterizando estos cristalitos
Somos menos catalizadores y más ojos de ganado
Fases de dos caras cayendo, fallando
Luchando contra la corriente
En la pretensión de que no son
Sólo átomos en el ciclo de flujo de reactantes
Y, tantos son los cabellos rubios
Arrancados groseramente de las cabezas de los niños
Tantos son los peones arrojados sin ceremonia
Desde este tablero mortal
La Reina se mueve imperturbable
Pero hay un agarre amoral y lascivo en su garganta
Aborrecible y abundante, resplandeciente sobre el terciopelo
El papaver está germinando
No por falta de suelo, ni agua