Como Há de Ser
Como há de ser, conclusa a longa lida,
Finda a peleja da paixão mortal,
Quando, avistando além da escura vida
A porta do prazer celestial,
Dos pés varrida a última poeira,
Do rosto enxuto seu final suor,
Deixarmos esta cena passageira,
Entrando ao santo lar de eterno amor?
Como há de ser, nos céus por Deus banhados
Dos raios da divina e excelsa luz,
Oh, que alegria! Isentos de pecados,
Estarmos nós diante de Jesus!
E pela vez primeira em harmonia
Com os santos cidadãos dos altos céus,
Unindo-nos, sem medo, à companhia
Que cerca o trono do supremo Deus?
Como há de ser, com sentimento ouvindo
O coro dos remidos do Senhor,
As áureas harpas, sempre retinindo
Louvores ao Cordeiro, ao Salvador;
E quando, dentro de átrios espaçosos,
Entoarmos gratos salmos, sem cessar,
E, como incenso, os hinos fervorosos
Subirem junto ao celeste altar?
Como há de ser, quando o Juiz chamar-nos:
"Benditos, vinde, para os céus entrai!"
E o Salvador dignar-se revelar-nos
A glória em que ele habita com o Pai?
Ali, não tem, jamais, a morte entrada,
Nem dor nem pranto estorvam o prazer.
A vista não se ofusca, e em volta nada
Pode a ditosa festa entristecer?
Como há de ser, quando a pasmosa história
Da triste e indigna vida que findou,
Com lucidez se espelhe na memória
Todo pecado ou mal que então passou,
O nosso apreço de Jesus aumente,
E da clemência deste Benfeitor;
E de contínuo a gratidão se alente
Por seu insigne e milagroso amor?
Como há de ser? Oh, nunca foi pensado,
Por mente ou coração humano aqui,
O bem-estar por Deus determinado
Para os que entrarem com triunfo ali!
Avante, irmãos! Avante no caminho
Que nos conduz ao gozo tão real!
Se aqui nós temos um quinhão mesquinho.
Marchamos para a glória divinal.
Cómo Debe Ser
Cómo debe ser, concluida la larga lucha,
Terminada la batalla de la pasión mortal,
Cuando, vislumbrando más allá de la oscura vida
La puerta del placer celestial,
Con los pies limpios de la última suciedad,
El rostro seco de su último sudor,
Dejaremos esta escena pasajera,
Entrando al sagrado hogar del amor eterno?
Cómo debe ser, en los cielos bañados por Dios
Con los rayos de la divina y excelsa luz,
¡Oh, qué alegría! Libres de pecado,
Estar frente a Jesús!
Y por primera vez en armonía
Con los santos ciudadanos de los altos cielos,
Unirnos, sin miedo, a la compañía
Que rodea el trono del Dios supremo?
Cómo debe ser, escuchando con sentimiento
El coro de los redimidos del Señor,
Las arpas doradas, resonando siempre
Alabanzas al Cordero, al Salvador;
Y cuando, dentro de amplios atrios,
Entonemos salmos agradecidos sin cesar,
Y, como incienso, los himnos fervorosos
Suban junto al altar celestial?
Cómo debe ser, cuando el Juez nos llame:
'¡Benditos, venid, entrad en los cielos!'
Y el Salvador se digne revelarnos
La gloria en la que habita con el Padre?
Allí, nunca la muerte entra,
Ni el dolor ni el llanto obstaculizan el placer.
La vista no se nubla, y nada alrededor
Puede entristecer la dichosa fiesta?
Cómo debe ser, cuando la asombrosa historia
De la triste e indigna vida que terminó,
Se refleje con claridad en la memoria
Todo pecado o mal que entonces pasó,
Nuestro aprecio por Jesús aumente,
Y de la clemencia de este Bienhechor;
Y continuamente se alimente la gratitud
Por su insigne y milagroso amor?
Cómo debe ser? Oh, nunca fue imaginado,
Por mente o corazón humano aquí,
El bienestar determinado por Dios
Para aquellos que entren triunfantes allí!
¡Adelante, hermanos! ¡Adelante en el camino
Que nos lleva al gozo tan real!
Si aquí tenemos una porción mezquina,
Marchamos hacia la gloria divina.