Adeus a Sete Quedas
Sete quedas por mim passaram,
E todas sete se esvaíram.
Cessa o estrondo das cachoeiras, e com ele
A memória dos índios, pulverizada,
Já não desperta o mínimo arrepio.
Aos mortos espanhóis, aos mortos bandeirantes,
Aos apagados fogos
De ciudad real de guaira vão juntar-se
Os sete fantasmas das águas assassinadas
Por mão do homem, dono do planeta.
Aqui outrora retumbaram vozes
Da natureza imaginosa, fértil
Em teatrais encenações de sonhos
Aos homens ofertadas sem contrato.
Uma beleza-em-si, fantástico desenho
Corporizado em cachões e bulcões de aéreo contorno
Mostrava-se, despia-se, doava-se
Em livre coito à humana vista extasiada.
Toda a arquitetura, toda a engenharia
De remotos egípcios e assírios
Em vão ousaria criar tal monumento.
E desfaz-se
Por ingrata intervenção de tecnocratas.
Aqui sete visões, sete esculturas
De líquido perfil
Dissolvem-se entre cálculos computadorizados
De um país que vai deixando de ser humano
Para tornar-se empresa gélida, mais nada.
Faz-se do movimento uma represa,
Da agitação faz-se um silêncio
Empresarial, de hidrelétrico projeto.
Vamos oferecer todo o conforto
Que luz e força tarifadas geram
À custa de outro bem que não tem preço
Nem resgate, empobrecendo a vida
Na feroz ilusão de enriquecê-la.
Sete boiadas de água, sete touros brancos,
De bilhões de touros brancos integrados,
Afundam-se em lagoa, e no vazio
Que forma alguma ocupará, que resta
Senão da natureza a dor sem gesto,
A calada censura
E a maldição que o tempo irá trazendo?
Vinde povos estranhos, vinde irmãos
Brasileiros de todos os semblantes,
Vinde ver e guardar
Não mais a obra de arte natural
Hoje cartão-postal a cores, melancólico,
Mas seu espectro ainda rorejante
De irisadas pérolas de espuma e raiva,
Passando, circunvoando,
Entre pontes pênseis destruídas
E o inútil pranto das coisas,
Sem acordar nenhum remorso,
Nenhuma culpa ardente e confessada.
(“assumimos a responsabilidade!
Estamos construindo o brasil grande!”)
E patati patati patatá...
Sete quedas por nós passaram,
E não soubemos, ah, não soubemos amá-las,
E todas sete foram mortas,
E todas sete somem no ar,
Sete fantasmas, sete crimes
Dos vivos golpeando a vida
Que nunca mais renascerá.
Adiós a Seven Falls
Siete caídas más allá de mí
Y los siete se habían ido
Casos el estruendo de las cascadas, y con él
La memoria de los indios, rociado
Ya no despierta el más mínimo escalofrío
Por los muertos españoles, por los muertos de la bandera
A los incendios extinguidos
De ciudad real de guaira se unirá
Los siete fantasmas de las aguas asesinadas
De la mano del hombre, dueño del planeta
Aquí una vez retumbaron voces
De naturaleza imaginativa y fértil
En la puesta en escena del sueño teatral
A los hombres ofrecidos sin contrato
Una belleza en sí misma, un dibujo fantástico
Corporados en rizos y bulcones de aire de contorno
Mostrados, desnudados, donados
En las relaciones sexuales libres con la visión humana extática
Toda la arquitectura, toda la ingeniería
De egipcios remotos y asirios
En vano se atrevería a crear tal monumento
Y se desmorona
Por la ingrata intervención de tecnócratas
Aquí siete visiones, siete esculturas
De perfil líquido
Disolver entre cálculos computarizados
De un país que ya no es humano
Para convertirme en una compañía fría, eso es todo
Haces que el movimiento sea una presa
De la agitación hay un silencio
Negocio, proyecto hidroeléctrico
Vamos a ofrecer todo el confort
Que as tarifas de luz e energia geram
A expensas de otro activo que no tiene precio
Sin rescate, la vida empobrecida
En la feroz ilusión de enriquecerla
Siete ganado de agua, siete toros blancos
De miles de millones de toros blancos integrados
Se hunden en un estanque, y en el vacío
¿De qué manera ocupará, lo que queda
Si no de la naturaleza el dolor sin gesto
La censura silenciosa
¿Y la maldicion que el tiempo traerá?
Ven gente extraña, ven hermanos
brasileños de todos los semblantes
Ven a ver y ahorra
No más obras de arte naturales
Hoy en día, postal de color, melancólica
Pero su espectro sigue rugido
De irisadas perlas de espuma y raga
Pasando, dando vueltas
Entre puentes suspendidos colapsados
Y el llanto inútil de las cosas
Sin despertar ningún remordimiento
Nada de culpabilidad ardiente y confesada
(“asumimos la responsabilidad!
Estamos construyendo el gran brasil!”)
Y Patati Patati Patatá
Siete caídas más allá de nosotros
Y no sabíamos, ah, no sabíamos cómo amarlos
Y los siete fueron asesinados
Y los siete desaparecen en el aire
Siete fantasmas, siete crímenes
De la vida impactante
Que nunca volverá a renacer