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Todo el sacrificio ha terminado

Coro do Tabernáculo Mórmon

All The Sacrifice Is Ended

All the sacrifice is ended,
Breathed His body’s latest breath,
And His human Soul hath wended
Where the weary rest beneath;
Christ as Man hath comprehended
All the human law of death!

Yet not there His Soul remaineth
Nor His body in the tomb:
Lo! what sudden glory gaineth
Quick dominion o’er the gloom!
Yea, o’er death and hell He reigneth
Bursting back the gates of doom!

Manifold the attestation
Brethren tell the marvel o’er,
And the soldiers from their station,
And the angels at the door,
And His own Word’s revelation,
“Lo! I live for evermore.”

Hail, thou morn of resurrection,
Primal holy Easter Day!
Now the hours of deep dejection
’Neath the night-clouds’ dark array,
Foes’ reviling, friends’ defection,
In thy glory pass away!

Now He lives and reigns for ever!
That we too may enter in
Where eternal life shall never
Taste of sorrow or of sin,
Where from Him no death shall sever
Those He vanquished death to win.

Savior! in our night of weeping
Tell us of the joyful morn,
Guard our souls, their vigil keeping
In the hours of hate and scorn
Raise us falling, wake us sleeping,
Till our Easter Day be born.

Todo el sacrificio ha terminado

Todo el sacrificio ha terminado,
Exhaló su último aliento corporal,
Y su alma humana ha partido
Donde descansan los fatigados;
¡Cristo como Hombre ha comprendido
Toda la ley humana de la muerte!

Pero no permanece allí su alma
Ni su cuerpo en la tumba:
¡Mira qué repentina gloria adquiere
Rápido dominio sobre la oscuridad!
Sí, sobre la muerte e infierno reina
¡Rompiendo las puertas del destino!

Múltiple es la confirmación
Los hermanos cuentan la maravilla una y otra vez,
Y los soldados desde su posición,
Y los ángeles en la puerta,
Y la revelación de su propia Palabra,
“¡Mira! Vivo por siempre jamás.”

Salve, mañana de resurrección,
Día santo primordial de Pascua!
Ahora las horas de profunda desolación
Bajo la oscura nube nocturna,
Los insultos de los enemigos, la defección de los amigos,
En tu gloria desaparecen!

¡Ahora vive y reina por siempre!
Para que también podamos entrar
Donde la vida eterna nunca
Pruebe el dolor o el pecado,
Donde de Él ninguna muerte separará
A aquellos que venció la muerte para ganar.

¡Salvador! en nuestra noche de llanto
Cuéntanos sobre la mañana alegre,
Guarda nuestras almas, velando
En las horas de odio y desprecio,
Levántanos cuando caigamos, despiértanos cuando durmamos,
Hasta que nazca nuestro Día de Pascua.

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