Come, Thou Fount of Every Blessing
Come, Thou Fount of every blessing,
Tune my heart to sing Thy grace;
Streams of mercy, never ceasing,
Call for songs of loudest praise.
Teach me some melodious sonnet,
Sung by flaming tongues above.
Praise the mount! I’m fixed upon it,
Mount of Thy redeeming love.
Sorrowing I shall be in spirit,
Till released from flesh and sin,
Yet from what I do inherit,
Here Thy praises I’ll begin;
Here I raise my Ebenezer;
Here by Thy great help I’ve come;
And I hope, by Thy good pleasure,
Safely to arrive at home.
Jesus sought me when a stranger,
Wandering from the fold of God;
He, to rescue me from danger,
Interposed His precious blood;
How His kindness yet pursues me
Mortal tongue can never tell,
Clothed in flesh, till death shall loose me
I cannot proclaim it well.
O to grace how great a debtor
Daily I’m constrained to be!
Let Thy goodness, like a fetter,
Bind my wandering heart to Thee.
Prone to wander, Lord, I feel it,
Prone to leave the God I love;
Here’s my heart, O take and seal it,
Seal it for Thy courts above.
O that day when freed from sinning,
I shall see Thy lovely face;
Clothed then in blood washed linen
How I’ll sing Thy sovereign grace;
Come, my Lord, no longer tarry,
Take my ransomed soul away;
Send thine angels now to carry
Me to realms of endless day.
Ven, Fuente de toda bendición
Ven, Fuente de toda bendición,
Afinando mi corazón para cantar Tu gracia;
Flujos de misericordia, sin cesar,
Exigen canciones de alabanza a todo pulmón.
Enséñame algún soneto melodioso,
Cantado por lenguas ardientes en lo alto.
Alaba al monte, estoy fijo en él,
Monte de Tu amor redentor.
Entristecido estaré en espíritu,
Hasta liberado de la carne y el pecado,
Aún así, de lo que heredo,
Aquí comenzaré Tus alabanzas;
Aquí levanto mi Eben-Ezer;
Aquí con Tu gran ayuda he llegado;
Y espero, por Tu buen placer,
Llegar a casa de forma segura.
Jesús me buscó cuando era un extraño,
Vagando lejos del redil de Dios;
Él, para rescatarme del peligro,
Interpuso Su preciosa sangre;
Cómo Su bondad aún me persigue
La lengua mortal nunca podrá contar,
Vestido en carne, hasta que la muerte me libere
No puedo proclamarlo bien.
¡Oh, qué deudor tan grande de gracia
Diariamente me veo obligado a ser!
Que Tu bondad, como un grillete,
Sujete mi corazón errante a Ti.
Propenso a vagar, Señor, lo siento,
Propenso a dejar al Dios que amo;
Aquí está mi corazón, tómalo y sélalo,
Sélalo para Tus cortes celestiales.
Oh, ese día cuando liberado del pecado,
Veré Tu rostro encantador;
Vestido entonces en lino lavado en sangre,
¡Cómo cantaré Tu gracia soberana!
Ven, Señor mío, no tardes más,
Lleva mi alma redimida;
Envía ahora Tus ángeles
Para llevarme a los reinos de un día interminable.