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De Mi Raza Vieja

Daniel Cavalheiro

De Mi Raza Vieja

Por livre tornei-me gaucho, voz de sinas mal domadas
Riscando a vida em patriadas, no altar da gaucheria
No meu sangue a rebeldia no meu olhar as lonjuras
Sorvendo a cor das planuras, mandando o mundo a la cria

E pintaram meus retratos com lanças e chiripás
Com gritos de iahaha, sob a copa dos sombreiros
Mas nenhum brete ou potreiro resteva o cerca de pedra
Pode domar esta regra de andar tal qual o pampeiro

Trez patrias trouxe comigo nagarupa dos cavalos
Mesclando sangue no embalo de mangrulhos e garruchas
Eis o fado que me puxa, moldado em tempos de guerra
Eis a herança desta terra forjando a alma gaúcha

Ao longe um rumor de tropas, mesclando rumbos y vientos
Traz de tiro, sentimentos, de paisanos e peones
Recuerdos de mil fogones em madrugadas grongueiras
Viejas milongas campeiras en rueda de los fogones

São brados de lavalleja de rosas, flores da cunha
Na sinfonia terrunha que hernandez compôs na pampa
Um rapisodo levanta, que es fierro y es viejo pancho
E neles a voz dos ranchos nesta guitarra que os canta

Não fui rei nem fui escravo e mandado nunca serei
Na noite mais negra eu sei, achar minha própria luz
E se jamais fui Jesus, também nuca fui um viscacha
Pois resumiu minha raça o brio de um sargento cruz

Desse ancestral que eu fui, batizado na imensidade
Me restou a liberdade, deusa que eu amo e me acalma
Fulgor maior do que a dalva, me dando lume e consolo
Para os quixotes crioulos, que ainda abitam minh'alma

De Mi Raza Vieja

Por la libertad me convertí en gaucho, voz de sinas mal domadas
Rasgando la vida en patriadas, en el altar de la gauchada
En mi sangre la rebeldía, en mi mirada las distancias
Sorbiendo el color de las llanuras, mandando al mundo a criar

Y pintaron mis retratos con lanzas y chiripás
Con gritos de iahaha, bajo la copa de los sombreros
Pero ningún corral o potrero resistió la cerca de piedra
Puede domar esta regla de andar como el pampeano

Tres patrias traje conmigo, la rienda de los caballos
Mezclando sangre en el vaivén de mangrullos y garruchas
He aquí el destino que me atrae, moldeado en tiempos de guerra
He aquí la herencia de esta tierra forjando el alma gaucha

A lo lejos un rumor de tropas, mezclando rumbos y vientos
Trae de tiro, sentimientos, de paisanos y peones
Recuerdos de mil fogones en madrugadas camperas
Viejas milongas en rueda de los fogones

Son gritos de Lavalleja, de rosas, flores de la Cunha
En la sinfonía terruña que Hernández compuso en la pampa
Un rapisodo se levanta, que es fierro y es viejo Pancho
Y en ellos la voz de los ranchos en esta guitarra que los canta

No fui rey ni fui esclavo y mandado nunca seré
En la noche más oscura sé encontrar mi propia luz
Y si jamás fui Jesús, tampoco fui una vizcacha
Pues resumió mi raza el orgullo de un sargento cruz

De ese ancestro que fui, bautizado en la inmensidad
Me quedó la libertad, diosa que amo y me calma
Resplandor mayor que el del alba, dándome luz y consuelo
Para los quijotes criollos, que aún habitan en mi alma

Escrita por: João Sampaio / Daniel Cavalheiro