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La naturaleza canta

Jan Eggum

Naturen Synger

La la la ...
De sa et liv va kaffe og smør.
De sa: «Et live summen a det du gjør»
men mitt liv leves på tog med natten uten-for ruten.
Eg ser meg sjøl der, men eg ser mer:
Kanskje en annen, trøtt liten passasjer der bak.
Med vindu på gløtt kommer vi nær den:
Verden.
Å å å! Over motorduren hører vi naturen
synge: La la la ...

De sa et liv va dag oppå dag.
De sa et liv va lyden a hjerteslag,
men mitt liv søker en puls få av oss kjenner,
venner.
D'e bare då når hjertet slår fort.
D' e bare då når dagene renner bort,
d' e då du ser et sekund, viss du e veldig
heldig.
Å å å! Er det sprekk i muren!
Hører du naturen
synge: La la la ...

Fy skam deg. Fy, fy skam deg!
Du plukket en blomst, men du kjente ikkje duften!
Fy skam deg. Fy, fy skam deg! Bekken danset,
mens du så i luften!
Fy skam deg. Fy, fy skam deg.
Du steller deg ille,
som ikkje hører skogen spille:
La la la

De sa et liv va doping og drift.
De sa et liv va banklån og harde skift,
men mitt liv e mer enn jobb, mere en uke-forbruket.
En gullerot e redd en kanin.
Det store treet skjelver for øksen din,
men du kan spørre en blomst, så vil den bare svare:
Å å Å! Stakkars Edens hage. Hør naturens klage
sang: Å, la, la ...

La naturaleza canta

La la la ...
Así es la vida, café y mantequilla.
Decían: 'Una vida es el zumbido de lo que haces',
pero mi vida se vive en tren con la noche fuera de la ventana.
Me veo a mí mismo allí, pero veo más:
Quizás otro, un pasajero cansado detrás.
Con la ventana entreabierta nos acercamos a ella:
El mundo.
¡Oh, sobre el ruido del motor escuchamos a la naturaleza
cantar: La la la ...

Decían que la vida era día tras día.
Decían que la vida era el sonido de los latidos del corazón,
pero mi vida busca un pulso que pocos conocen,
amigos.
Solo es entonces cuando el corazón late rápido.
Solo es entonces cuando los días se desvanecen,
es entonces cuando ves un segundo, si eres muy
afortunado.
¡Oh, ¿hay una grieta en el muro?!
Escuchas a la naturaleza
cantar: La la la ...

¡Qué vergüenza! ¡Qué, qué vergüenza!
¡Arrancaste una flor, pero no conocías su aroma!
¡Qué vergüenza! ¡Qué, qué vergüenza! El arroyo bailaba,
mientras tú mirabas al aire!
¡Qué vergüenza! ¡Qué, qué vergüenza!
Te comportas mal,
al no escuchar al bosque tocar:
La la la

Decían que la vida era dopaje y rutina.
Decían que la vida era préstamos bancarios y turnos duros,
pero mi vida es más que trabajo, más que un consumo semanal.
Una zanahoria asusta a un conejo.
El gran árbol tiembla ante tu hacha,
pero puedes preguntarle a una flor, y solo te responderá:
¡Oh, pobre jardín del Edén! Escucha el lamento de la naturaleza
cantar: Oh, la, la ...

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