Romance de Chuva Mansa (part. Jairo Lambari Fernandes)
Num fim de tarde, Rosaflor voltava ao rancho
Das mesma sanga dos seus tempos de criança
Já nem deu tempo de quarar lençóis e panos
Por que o tempo se estendeu em chuva mansa
Mariano Luna vinha ao tranco sob um poncho
De asas abertas feito um pássaro pra o ninho
Que um tempo feio desabava mais adiante
E o rancho, ainda, tinha sonhos e carinhos
Costeando a casa junto a frondes e do arvoredo
Onde a querência é bem maior do que a infância
Um gurizinho de bombacha e boina negra
Brincava, quieto, com seus osso, num estância
Era por nada, um tempo ruim, quem sabe chuva
Pra os olhos mansos de um guri quase estancieiro
Com bois, ovelhas, vacas mansas e cavalos
E o sonho simples de um dia ser campeiro
Mariano Luna prendeu um grito pro guri
Pois, dos seus sonhos, só um grito lhe separa
Que deixou a estância entre resmungos
E entrou pro rancho no seu potro de taquara
Rosaflor olha o tempo e um temporal
Trazendo ventos a se mostrar pela distância
E o guri, de olhos abertos na janela
Cuidava a chuva alagando a sua estância
Depois o rancho escureceu sombreando velas
E o guri adormeceu seus sonhos tantos
De ser campeiro, igual ao pai, ser domador
De ter seus bois, vacas e ovelhas nestes campos
Mariano Luna e Rosaflor, entre seus mates
Cuidavam o sono do guri dormindo ao lado
Que nem ouviram a noite escura em seus lamentos
Tamborilando a chuva mansa no telhado
Romance de la Lluvia Mansa (parte de Jairo Lambari Fernandes)
En un atardecer, Rosaflor regresaba al rancho
De la misma zanja de sus tiempos de niñez
Ya no hubo tiempo para secar sábanas y paños
Porque el tiempo se extendió en una lluvia mansa
Mariano Luna venía a paso lento bajo un poncho
Con alas abiertas como un pájaro hacia el nido
Que un tiempo feo se desataba más adelante
Y el rancho, aún, guardaba sueños y cariños
Recorriendo la casa junto a frondas y al arbolado
Donde la querencia es más grande que la infancia
Un niño con bombacha y boina negra
Jugaba, tranquilo, con sus huesos, en un campo
Era por nada, un tiempo malo, quizás lluvia
Para los ojos mansos de un niño casi campesino
Con bueyes, ovejas, vacas dóciles y caballos
Y el simple sueño de ser campesino algún día
Mariano Luna contuvo un grito para el niño
Pues, de sus sueños, solo un grito los separa
Que dejó el campo entre murmullos
Y entró al rancho en su potro de caña tacuara
Rosaflor mira el tiempo y una tormenta
Llevando vientos que se muestran a lo lejos
Y el niño, con los ojos abiertos en la ventana
Cuidaba la lluvia inundando su campo
Luego el rancho se oscureció sombreando velas
Y el niño se durmió con tantos sueños
De ser campesino, igual que su padre, ser domador
De tener sus bueyes, vacas y ovejas en estos campos
Mariano Luna y Rosaflor, entre sus mates
Cuidaban el sueño del niño durmiendo a su lado
Que ni escucharon la noche oscura en sus lamentos
Tamborileando la lluvia mansa en el techo
Escrita por: Gujo Teixeira / Jairo Lambari Fernandes