395px

Alboroto

Jaime C. Braum

Bochincho

A um bochincho - certa feita,
Fui chegando - de curioso,
Que o vicio - é que nem sarnoso,
nunca pára - nem se ajeita.
Baile de gente direita
Vi, de pronto, que não era,
Na noite de primavera
Gaguejava a voz dum tango
E eu sou louco por fandango
Que nem pinto por quireral.

Atei meu zaino - longito,
Num galho de guamirim,
Desde guri fui assim,
Não brinco nem facilito.
Em bruxas não acredito
'Pero - que las, las hay',
Sou da costa do Uruguai,
Meu velho pago querido
E por andar desprevenido
Há tanto guri sem pai.

No rancho de santa-fé,
De pau-a-pique barreado,
Num trancão de convidado
Me entreverei no banzé.
Chinaredo à bola-pé,
No ambiente fumacento,
Um candieiro, bem no centro,
Num lusco-fusco de aurora,
Pra quem chegava de fora
Pouco enxergava ali dentro!

Dei de mão numa tiangaça
Que me cruzou no costado
E já sai entreverado
Entre a poeira e a fumaça,
Oigalé china lindaça,
Morena de toda a crina,
Dessas da venta brasina,
Com cheiro de lechiguana
Que quando ergue uma pestana
Até a noite se ilumina.

Misto de diaba e de santa,
Com ares de quem é dona
E um gosto de temporona
Que traz água na garganta.
Eu me grudei na percanta
O mesmo que um carrapato
E o gaiteiro era um mulato
Que até dormindo tocava
E a gaita choramingava
Como namoro de gato!

A gaita velha gemia,
Ás vezes quase parava,
De repente se acordava
E num vanerão se perdia
E eu - contra a pele macia
Daquele corpo moreno,
Sentia o mundo pequeno,
Bombeando cheio de enlevo
Dois olhos - flores de trevo
Com respingos de sereno!

Mas o que é bom se termina
- Cumpriu-se o velho ditado,
Eu que dançava, embalado,
Nos braços doces da china
Escutei - de relancina,
Uma espécie de relincho,
Era o dono do bochincho,
Meio oitavado num canto,
Que me olhava - com espanto,
Mais sério do que um capincho!

E foi ele que se veio,
Pois era dele a pinguancha,
Bufando e abrindo cancha
Como dono de rodeio.
Quis me partir pelo meio
Num talonaço de adaga
Que - se me pega - me estraga,
Chegou levantar um cisco,
Mas não é a toa - chomisco!
Que sou de São Luiz Gonzaga!

Meio na volta do braço
Consegui tirar o talho
E quase que me atrapalho
Porque havia pouco espaço,
Mas senti o calor do aço
E o calor do aço arde,
Me levantei - sem alarde,
Por causa do desaforo
E soltei meu marca touro
Num medonho buenas-tarde!

Tenho visto coisa feia,
Tenho visto judiaria,
Mas ainda hoje me arrepia
Lembrar aquela peleia,
Talvez quem ouça - não creia,
Mas vi brotar no pescoço,
Do índio do berro grosso
Como uma cinta vermelha
E desde o beiço até a orelha
Ficou relampeando o osso!

O índio era um índio touro,
Mas até touro se ajoelha,
Cortado do beiço a orelha
Amontoou-se como um couro
E aquilo foi um estouro,
Daqueles que dava medo,
Espantou-se o chinaredo
E amigos - foi uma zoada,
Parecia até uma eguada
Disparando num varzedo!

Não há quem pinte o retrato
Dum bochincho - quando estoura,
Tinidos de adaga - espora
E gritos de desacato.
Berros de quarenta e quatro
De cada canto da sala
E a velha gaita baguala
Num vanerão pacholento,
Fazendo acompanhamento
Do turumbamba de bala!

É china que se escabela,
Redemoinhando na porta
E chiru da guampa torta
Que vem direito à janela,
Gritando - de toda guela,
Num berreiro alucinante,
Índio que não se garante,
Vendo sangue - se apavora
E se manda - campo fora,
Levando tudo por diante!

Sou crente na divindade,
Morro quando Deus quiser,
Mas amigos - se eu disser,
Até periga a verdade,
Naquela barbaridade,
De chínaredo fugindo,
De grito e bala zunindo,
O gaiteiro - alheio a tudo,
Tocava um xote clinudo,
Já quase meio dormindo!

E a coisa ia indo assim,
Balanceei a situação,
- Já quase sem munição,
Todos atirando em mim.
Qual ia ser o meu fim,
Me dei conta - de repente,
Não vou ficar pra semente,
Mas gosto de andar no mundo,
Me esperavam na do fundo,
Saí na Porta da frente...

E dali ganhei o mato,
Abaixo de tiroteio
E inda escutava o floreio
Da cordeona do mulato
E, pra encurtar o relato,
Me bandeei pra o outro lado,
Cruzei o Uruguai, a nado,
Que o meu zaino era um capincho
E a história desse bochincho
Faz parte do meu passado!

E a china - essa pergunta me é feita
A cada vez que declamo
É uma coisa que reclamo
Porque não acho direita
Considero uma desfeita
Que compreender não consigo,
Eu, no medonho perigo
Duma situação brasina
Todos perguntam da china
E ninguém se importa comigo!

E a china - eu nunca mais vi
No meu gauderiar andejo,
Somente em sonhos a vejo
Em bárbaro frenesi.
Talvez ande - por aí,
No rodeio das alçadas,
Ou - talvez - nas madrugadas,
Seja uma estrela chirua
Dessas - que se banha nua
No espelho das aguadas!

Alboroto

En un alboroto - cierta vez,
Fui llegando - de curioso,
Que el vicio - es como la sarna,
nunca para - ni se acomoda.
Baile de gente derecha
Vi, de repente, que no era,
En la noche de primavera
Tartamudeaba la voz de un tango
Y yo soy loco por fandango
Que ni pinto por quererlo.

Até mi caballo - lejos,
En una rama de guamirim,
Desde chico fui así,
No juego ni facilito.
En brujas no creo
'Pero - que las, las hay',
Soy de la costa de Uruguay,
Mi viejo pago querido
Y por andar desprevenido
Hay tanto chico sin padre.

En el rancho de santa fe,
De barro y paja,
En un tumulto de invitados
Me mezclé en el alboroto.
Bailando a la pata coja,
En el ambiente humeante,
Un farol, justo en el centro,
En penumbras de aurora,
Para quien llegaba de afuera
Poco veía adentro.

Puse la mano en una cintura
Que me cruzó en el costado
Y ya salí enredado
Entre el polvo y el humo,
Oigalé china hermosa,
Morena de toda la melena,
De esas de nariz chata,
Con olor a lagartija
Que cuando levanta una pestaña
Hasta la noche se ilumina.

Mitad diabla y mitad santa,
Con aires de dueña
Y un sabor a temporona
Que trae agua en la garganta.
Me pegué a la muchacha
Igual que una garrapata
Y el gaitero era un mulato
Que hasta dormido tocaba
Y la gaita lloriqueaba
Como un cortejo de gatos.

La gaita vieja gemía,
A veces casi se detenía,
De repente se despertaba
Y se perdía en un vanerón
Y yo - contra la piel suave
De ese cuerpo moreno,
Sentía el mundo pequeño,
Bombeando lleno de emoción
Dos ojos - flores de trébol
Con salpicaduras de rocío.

Pero lo bueno se termina
- Se cumplió el viejo dicho,
Yo que bailaba, mecido,
En los dulces brazos de la muchacha
Escuché - de repente,
Una especie de relincho,
Era el dueño del alboroto,
Medio enojado en un rincón,
Que me miraba - con asombro,
Más serio que un armadillo.

Y fue él quien vino,
Pues era de él la pinguancha,
Bufando y abriendo paso
Como dueño de rodeo.
Quiso partirme por la mitad
Con un tajo de daga
Que - si me atrapa - me destroza,
Llegó a levantar un polvo,
Pero no es en vano - chomisco!
Que soy de San Luiz Gonzaga!

Casi en el giro del brazo
Logré esquivar el corte
Y casi me enredo
Porque había poco espacio,
Pero sentí el calor del acero
Y el calor del acero arde,
Me levanté - sin alarde,
Por causa del desafío
Y solté mi marca toro
En un tremendo buenas tardes!

He visto cosas feas,
He visto crueldades,
Pero aún hoy me estremezco
Recordar aquella pelea,
Tal vez quien escuche - no crea,
Pero vi brotar en el cuello,
Del indio del grito fuerte
Como una cinta roja
Y desde el labio hasta la oreja
Quedó relampagueando el hueso!

El indio era un indio bravo,
Pero hasta el bravo se arrodilla,
Cortado del labio a la oreja
Se amontonó como un cuero
Y aquello fue un estallido,
De esos que daban miedo,
Asustó al tumulto
Y amigos - fue un alboroto,
Parecía hasta una manada
Disparando en un campo!

No hay quien pinte el retrato
De un alboroto - cuando estalla,
Chirridos de daga - espuela
Y gritos de desacato.
Gritos de cuarenta y cuatro
De cada rincón de la sala
Y la vieja gaita baguala
En un vanerón pausado,
Haciendo acompañamiento
Del estruendo de balas!

Es china que se despeina,
Remolineando en la puerta
Y chiru de la bota torcida
Que viene derecho a la ventana,
Gritando - a todo pulmón,
En un griterío alucinante,
Indio que no se aguanta,
Viendo sangre - se asusta
Y se va - campo afuera,
Llevándose todo por delante!

Soy creyente en la divinidad,
Muero cuando Dios quiera,
Pero amigos - si lo digo,
Hasta peligra la verdad,
En esa barbaridad,
De tumulto huyendo,
De grito y bala zumbando,
El gaitero - ajeno a todo,
Tocaba un xote animado,
Casi medio dormido!

Y la cosa iba así,
Balanceé la situación,
- Casi sin municiones,
Todos disparando hacia mí.
Cuál sería mi fin,
Me di cuenta - de repente,
No me quedaré para semilla,
Pero me gusta andar por el mundo,
Me esperaban en el fondo,
Salí por la Puerta del frente...

Y de ahí me fui al monte,
Bajo fuego cruzado
Y aún escuchaba el floreo
De la acordeón del mulato
Y, para resumir el relato,
Me fui para el otro lado,
Crucé Uruguay, a nado,
Que mi caballo era un armadillo
Y la historia de este alboroto
Es parte de mi pasado!

Y la china - esta pregunta me hacen
Cada vez que recito
Es algo que reclamo
Porque no lo encuentro correcto
Considero una falta
Que comprender no logro,
Yo, en el tremendo peligro
De una situación complicada
Todos preguntan por la china
Y a nadie le importa conmigo!

Y la china - nunca más vi
En mi andar gauchesco,
Solo en sueños la veo
En un frenesí bárbaro.
Tal vez anda - por ahí,
En el rodeo de las tropillas,
O - tal vez - en las madrugadas,
Sea una estrella salvaje
De esas - que se baña desnuda
En el espejo de los arroyos!

Escrita por: