Payada das Missões

Meus irmãos de território
É o pajador das missões
Que repontou dos fogões
Seu bárbaro repertório
Que chega para um ajutório
Do nativismo e da crença
Cantar é mais do que uma doença
Que mau-olhado ou quebranto
E eu sou viciado no canto
E canto se dão licença.

Tetraneto de cacique,
Bisneto de curandeira
Trago um breve da parteira
Dos ranchos de pau a pique
Isso talvez justifique
Essa imponência baguala
Do cantor que quando fala
Do sorsal que quando canta
Brotam notas da garganta
Que até o silêncio se cala.

E se fui índio primeiro
Deste chão abarbarado
Antes de ser espoliado
Pelo ibérico estrangeiro
Depois de ser missioneiro
Não caí sem resistência
E na bárbara pendência
Do taura - sem Deus, nem lei
Eu mesmo me aquerenciei
Dentro da própria querência.

E se ela me foi tomada
Num raio guacho de luz
Quando a beleza da cruz
Curvou-se à força da espada
Extinta a chama sagrada
Que toda cultura encerra
Eu que fui morto na guerra
Num barbaresco repuxo
Me transformei em gaúcho
E renasci sobre esta terra.

Irmão gêmeo de Sepé
Retornei de muito longe
Trazendo a bêncão de um monge
E do último pagé
Que me ensinaram a fé
E a senha dos rapezodos
Para acalmar os denodos
De missioneiro andador
No ofício de pajador
Que é o mais crioulo de todos.

Desde então, canto - e cantando
Persigo o tempo que viaja
Em qualquer parte onde haja
Uma pátria se formando
Um oprimido peleando
E uma causa em abandono
Sem nunca pegar no sono
Onde existam espoliados
Ou tiranos apossados
De coisas que não tem dono.

Eu canto a cordeona que chora
E a guitarra que ponteia
A Dalva que fogoneia
Quando vem clareando a aurora
O pialo porteira a fora
E o boi manso lambendo a canga
Canto os lábios de pitanga
Que tem gosto de resina
E o corpo doce da china
Respingando água da sanga.

Eu canto a estrela boieira
Eu canto o céu estrelado
Eu canto o berro do gado
Canto a vivência campeira
Canto as lides de mangueira
E os remansos do açude
E no instinto de índio rude
Dos primeiros evangelhos
Canto a esperança dos velhos
E as ânsias da juventude.

Eu canto a infância - essa planta
Que merece ser cuidada
A planta mais delicada
Que nos ares se levanta
Ela é a cultura mais santa
Precisa de água e calor
Porque Deus - nosso senhor
Fez a luz, fez a umidade
Pra que houvesse liberdade
E dela, brotasse a flor.

Não gosto de cantar rios
Mortos pelos insensatos
Nem vítimas de artefatos
Dos humanos desvarios
Nem os corações vazios
Dos escravos de a cabresto
E dentro deste contexto
Não quero cantar de novo
Os ancestrais do meu povo
Mendigos vendendo cesto.

Eu canto o dia que nasce
Eu canto a tarde que morre
Eu canto a sanga que corre
E a lua que mostra a face
E se o mundo se acabasse
Numa tragédia bravia
Assim mesmo eu cantaria
Um mundo nascendo doutro
Indiada domando potro
E bugra lavando a cria.

Se acaso um dia, os feitores
Dos quatro pontos cardeais
Queimassem seus arsenais
Mandando cultivar flores
Nosotros, os pajadores
Queimaríamos incenso
No templo do pampa imenso
Berço do ancestral andejo
Que peleava por um beijo
E morria por um lenço.

Misiones Payada

Mis hermanos del territorio
Es el pajador de la misión
Que reponían de las estufas
Tu repertorio bárbaro
Eso es suficiente para una orden judicial
De nativismo y creencia
Cantar es más que una enfermedad
Que mal de ojo o romper
Y soy adicto a la esquina
Y canto si me disculpan

Tetranet de jefe
El bisnieto del sanador
Traigo un informe de la comadrona
De los ranchos de madera a lucio
Eso podría justificarlo
Este baguala señorial
Del cantante que cuando habla
Del sorsal que cuando canta
Brote notas de la garganta
Incluso el silencio se callará

Y si yo fuera un indio primero
Desde este piso cagado
Antes de que lo despojaran
Para el extranjero ibérico
Después de ser misionero
No caí sin resistencia
Y en la barbárica pendiente
De la taura - sin Dios, ni la ley
Me he calentado
Dentro de tu propio deseo

Y si se la quitaron de mí
En un resplandor de luz
Cuando la belleza de la cruz
Se inclinó ante la fuerza de la espada
Extinta la llama sagrada
Que cada cultura termina
Yo que fue asesinado en la guerra
En un remolcador bárbaro
Me convertí en un gaucho
Y renací en esta tierra

Hermano gemelo de Sepé
He regresado de lejos
Llevar la bendición de un monje
Y desde la última pagé
¿Quién me enseñó la fe?
Y la contraseña de los rapezodos
Para calmar los denodes
Un misionero errante
En el arte del pajador
¿Quién es el más criollo de todos?

Desde entonces, cantar - y cantar
Persigo el tiempo que viajo
Donde quiera que haya
Una patria que forma
Un encolado oprimido
Y una causa en el abandono
Sin conciliar el sueño
Donde se saquean
O tiranos tomados
Cosas que no tienes

Yo canto el cordión que llora
Y la guitarra que desborda
El Dalva que dispara
Cuando está iluminando el amanecer
El portero pialo fuera
Y el buey manso lamiendo el kanga
Yo canto los labios de pitanga
Que sabe a resina
Y el dulce cuerpo de China
Salpicando agua de la sanga

Yo canto la estrella flotador
Yo canto el cielo estrellado
Canto el grito del ganado
Yo canto la experiencia de campeón
Canto las líneas de manguera
Y la parte posterior del vertedero
Y en el instinto de grosero indio
De los primeros evangelios
Canto la esperanza de la vieja
Y los antojos de la juventud

Canto infancia - esta planta
Que merece ser atendido
La planta más delicada
Que en el aire se eleva
Ella es la cultura más santa
Necesita agua y calor
Porque Dios - nuestro Señor
Hizo la luz, hizo la humedad
Para que hubiera libertad
Y de ella, salió la flor

No me gusta cantar ríos
Asesinado por los tontos
No hay víctimas de artefactos
De las disvariantes humanas
Ni corazones vacíos
De los esclavos del halter
Y dentro de este contexto
No quiero cantar de nuevo
Los antepasados de mi pueblo
Mendigos vendiendo canasta

Yo canto el día que nace
Canto la tarde que muere
Yo canto la sanga que corre
Y la luna que muestra la cara
Y si el mundo terminó
En una tragedia valiente
Al igual que yo cantaría
Un mundo nacido de otro
Indiada domador potro
Y bugra lavando al cachorro

Si un día, los hacedores
De los cuatro puntos cardinales
Quemen sus arsenales
Diciendo que crecen las flores
Nosotros, los pijamas
Quemaríamos incienso
En el templo de la inmensa pampa
Cuna del Ancestro Andejo
¿Quién luchó por un beso
Y moriría por un pañuelo

Composição: Jayme Caetano Braun