Bludny Holandan
Pod branou vítězů, co nikdy nevyhráli,
bez zlatých řetězů a zvonů z katedrály,
zelení molodci z romance iluzorní,
po matce sirotci, po otci bezprizorní
hrajeme v karty.
Růžový kavalír uprostřed paviánů
zahodil bandalír i šavli z porcelánu,
svět civí na zátku, zatímco setmělo se,
pasy jsou v pořádku a whisky na podnose
s tyčinkou na rty.
Hrajeme hbitě o trojité es:
tvar hadího hřbetu či gotických sošek,
flinty jsou v žitě a na hlavních rez,
a svoboda je tu, vždyť bijem se o šek - toť zvyk!
Dva centy životů a slunce sbohem dává,
hledáme jistotu, které se nedostává,
na hrdle znamení obojku otrokova,
lezeme shrbení, zaliti do olova
jakési víry.
Paměť je v bankrotu a z domu nevychází,
čest stojí u plotu a kamením se hází,
cit s hlavou hovězí vybírá popelnice,
a pravda? Vítězí - slepá jak řeholnice,
oděna v díry.
Rezavé ráno a mlha jak med,
tak podivně sladko jak z chrlení krve,
čteš, co je psáno, až k písmenu "zet",
už nekřičíš "matko!", je ticho jak prve, jen vzlyk!
El Holandés Errante
Bajo la puerta de los ganadores que nunca ganaron,
sin cadenas de oro y campanas de la catedral,
verdes jóvenes de un romance ilusorio,
huérfanos de madre, desamparados por padre
jugamos a las cartas.
El caballero rosa entre los babuinos
tiró la cartera y la espada de porcelana,
el mundo mira fijamente mientras cae la noche,
los cinturones están en orden y el whisky en la bandeja
con un palillo en los labios.
Jugamos rápidamente por un trío de ases:
forma de la espalda de una serpiente o estatuillas góticas,
las pistolas están en el trigo y en los cañones el óxido,
y la libertad está aquí, ¡pues peleamos por un cheque - es costumbre!
Dos centavos de vidas y el sol se despide,
buscamos la certeza que no se encuentra,
en el cuello la marca del collar del esclavo,
nos arrastramos encorvados, bañados en plomo
por alguna fe.
La memoria está en quiebra y no sale de casa,
el honor está en la cerca y se arrojan piedras,
el sentimiento con cabeza de res rebusca en la basura,
¿y la verdad? Triunfa - ciega como una monja,
vestida de agujeros.
La mañana oxidada y la niebla como miel,
tan extrañamente dulce como el vómito de sangre,
lees lo escrito hasta la letra 'zeta',
ya no gritas 'madre!', hay silencio como al principio, solo sollozos!