Dorthin mit dir
Dorthin mit dir,
wo die Küsten röter und endgültig sind,
dort, wo das Land
durch den Fächer deiner Hände rinnt.
Dorthin mit dir,
einfach dasein, etwas vom Wasser bespült,
dort, wo dein Leib
sich sehr zufällig in meine Armbeuge wühlt.
Dorthin mit dir,
und von weitem die Städte brennen sehn,
ahnen, die Welt
wird in Kürze lodern und untergehn.
Und dann könnte es sein,
daß die restliche Welt
in ihre Abgründe fällt.
Und wir tauchen sehr tief in uns ein,
und die Sonne schreit auf
und verkürzt ihren Lauf.
Und dann mit dir auf Terrassen
hoch über den Schluchten stehn,
still werden wir
dieses ganze vernichtete Land besehn,
Asche und Schlamm,
selbst die rostende Achse des Alls bleibt stumm.
Hoch über uns
schleichen böse geharnischte Pferde herum.
Und meine Hand
pirscht sich leise und bröckelnd an deine heran,
verdorrt und verbrannt,
doch du nimmst diese sterbende Zärtlichkeit an.
Und dann könnte es sein,
daß die restliche Welt
an uns beiden zerschellt.
Und wir schweigen und spinnen uns ein,
und wie ein Selbstmörderheer
stürzt die Menschheit ins Meer.
Dorthin mit dir,
wo die Küsten röter und endgültig sind,
dort, wo das Land
durch den Fächer deiner Hände rinnt.
Dorthin mit dir, dorthin mit dir.
Hacia allá contigo
Hacia allá contigo,
donde las costas son más rojas y definitivas,
allí donde la tierra
se escurre entre los dedos de tus manos.
Hacia allá contigo,
simplemente existir, algo bañado por el agua,
allí donde tu cuerpo
se enreda de manera muy casual en el hueco de mis brazos.
Hacia allá contigo,
y desde lejos ver arder las ciudades,
tener la corazonada de que el mundo
pronto arderá y se extinguirá.
Y entonces podría ser,
que el resto del mundo
caiga en sus abismos.
Y nos sumergimos profundamente en nosotros mismos,
y el sol grita
acortando su trayectoria.
Y luego contigo en terrazas
sobre los acantilados,
nos quedaremos en silencio
observando toda esta tierra devastada,
cenizas y lodo,
incluso el eje oxidado del universo permanece en silencio.
Sobre nosotros
se arrastran malvados caballos blindados.
Y mi mano
se acerca sigilosamente y desmoronándose hacia la tuya,
seca y quemada,
pero aceptas esta ternura moribunda.
Y entonces podría ser,
que el resto del mundo
se estrelle contra nosotros dos.
Y guardamos silencio y nos envolvemos,
y como un ejército suicida
la humanidad se precipita al mar.
Hacia allá contigo,
donde las costas son más rojas y definitivas,
allí donde la tierra
se escurre entre los dedos de tus manos.
Hacia allá contigo, hacia allá contigo.