Die Fuetterung
Die Fenster sind verdunkelt.
Das Telefon ist stumm.
Die Klingel hab ich abgestellt,
nun bringe ich dich um.
Doch bitte, Mutter, setz dich.
Du hast noch etwas Zeit.
So leicht kommst du mir nicht davon
aus der Vergangenheit.
Du isst jetzt diesen Kuchen.
Es ist fuer dich allein.
Bedien dich, Mutter, lang nur zu,
er muss gegessen sein.
Du hast es immer gut gemeint.
Mir hat's an nichts gefehlt.
Ich war ein schlechter Esser, doch
du hast mir's reingequaelt.
Schrei nur, Mutter. Niemand kann dich hoeren.
Mund auf, Mutter. Niemand wird uns stoeren.
"Der Junge braucht Reservern!
Er ist doch haeufig krank!"
So hast du dich verteidigt, doch
ich weiss dir keinen Dank.
Im Sport war ich ein Nilpferd.
Der Lehrer hat getobt.
Ich kaempfte blind vor Traenen, doch
er hat mich nie gelobt.
So nebenbei beim Essen
bekam man vieles mit.
Dein Krieg mit Grossmama zum Beispiel:
Hass auf Schritt und Tritt.
Du nahmst sie in die Ehe mit.
Den Mann hat's nicht gefreut.
Jedoch er tat es gern fuer dich.
Das hat er laengst bereut.
Schrei nur, Mutter. Niemand kann dich hoeren.
Mund auf, Mutter. Niemand wird uns stoeren.
Sie hat dich viel gepruegelt.
Das gabst du ihr zurueck.
Du toetest die Greisin mit
rhetorischem Geschick.
Zehn Jahre hat's gedauert.
Man wies dir nie was nach.
Ich aber wusste, es war Mord,
wenn ich mich nachts erbrach.
Ich kam dann in die Jahre,
wo man ein Maedchen will.
Ich hatte grosse Wuensche,
doch keins hielt fuer mich still.
Du sagtest dann: Das kommt noch.
Du bist auch viel zu jung.
Ich frass mir die Entbehrung weg
und rieb mich selbst in Schwung.
Schrei nur, Mutter. Niemand kann dich hoeren.
Mund auf, Mutter. Niemand wird uns stoeren.
Du warst ja stets nur Hausfrau.
Du hast es selbst gewollt.
Hast Vater den Beruf missgoennt
und dich dann eingeschmollt.
Ich konnte nachts kaum schlafen,
ich hoerte euren Streit.
Wann immer er nachhausekam,
verfolgte ihn dein Neid.
Du weisst, er war erflogreich.
Was sollte er auch tun.
Dein wohldosiertes Ehegift,
es machte nie immun.
Ich seh noch deine Traenen
am Grab von Grossmama -
nicht lange mehr, dann stirbt auch er,
und du stehst heulend da.
Schrei nur, Mutter. Niemand kann dich hoeren.
Mund auf, Mutter. Niemand wird uns stoeren.
Ich werde nichts vertuschen.
Ich gebe alles zu.
Ich gehe selbst zur Polizei,
denn schuld am Mord bist du.
Das sind jetzt zwoelf Stueck Torte.
Sag, Mutter, ist dir schlecht?
Jetzt red ich. Ich stopfe dir
das Maul. Das ist gerecht.
Schrei nur, Mutter. Niemand kann dich hoeren.
Mund auf, Mutter. Niemand wird uns stoeren.
(Mit Nachdruck machte ich darauf aufmerksam, dass dieses Lied
nicht meiner Mutter gewidmet ist!)
La Alimentación
Las ventanas están oscurecidas.
El teléfono está en silencio.
He desconectado el timbre,
ahora te voy a matar.
Pero por favor, madre, siéntate.
Todavía tienes algo de tiempo.
No te vas a librar tan fácilmente
del pasado.
Ahora come este pastel.
Es solo para ti.
Sírvete, madre, come todo lo que quieras,
debe ser comido.
Siempre lo hiciste bien.
Nunca me faltó nada.
Yo era un mal comedor, pero
me lo hiciste tragar.
Grita, madre. Nadie puede escucharte.
Abre la boca, madre. Nadie nos molestará.
'¡El chico necesita reservas!
¡Siempre está enfermo!'
Así te defendías, pero
no te agradezco nada.
En deportes era un hipopótamo.
El profesor se enojaba.
Luchaba ciego de lágrimas, pero
nunca me elogiaba.
De pasada, durante la comida
se notaban muchas cosas.
Tu guerra con la abuela, por ejemplo:
odio a cada paso.
La llevaste contigo al matrimonio.
A tu esposo no le gustó.
Pero lo hizo por ti con gusto.
Desde entonces se arrepiente.
Grita, madre. Nadie puede escucharte.
Abre la boca, madre. Nadie nos molestará.
Te golpeó mucho.
Y tú le devolviste el golpe.
Mataste a la anciana con
habilidad retórica.
Duró diez años.
Nunca te acusaron de nada.
Pero yo sabía que era asesinato,
cuando vomitaba por la noche.
Llegué a la edad
donde una chica quiere.
Tenía grandes deseos,
pero ninguno se cumplía.
Entonces dijiste: 'Eso vendrá después.
Todavía eres muy joven.'
Me comí la privación
y me puse en marcha.
Grita, madre. Nadie puede escucharte.
Abre la boca, madre. Nadie nos molestará.
Siempre fuiste solo ama de casa.
Eso es lo que querías.
Envidiaste el trabajo de papá
y luego te enojaste contigo misma.
Casi no podía dormir por las noches,
oía sus peleas.
Cada vez que él llegaba a casa,
tu envidia lo perseguía.
Sabes que él era exitoso.
¿Qué más podía hacer?
Tu veneno matrimonial dosificado,
nunca lo hizo inmune.
Aún veo tus lágrimas
en la tumba de la abuela -
no pasará mucho tiempo antes de que él también muera,
y tú estarás llorando.
Grita, madre. Nadie puede escucharte.
Abre la boca, madre. Nadie nos molestará.
No voy a encubrir nada.
Lo admito todo.
Voy a la policía por mi cuenta,
porque la culpable del asesinato eres tú.
Ahora son doce pedazos de pastel.
Dime, madre, ¿te sientes mal?
Ahora hablo. Te voy a
llenar la boca. Eso es justo.
Grita, madre. Nadie puede escucharte.
Abre la boca, madre. Nadie nos molestará.
(¡Quiero dejar en claro que esta canción
no está dedicada a mi madre!)