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Mi Luz

Maurício Gringo

Minha Luz

Eu era, dor, a alma rubra e inquieta
A pomba predileta
Do prazer, da ilusão e da alegria
Meu coração, alegre cotovia
Saudava alvoroçado
O segredo da noite e a luz clara do dia
Quando chegaste de mansinho
Pisando sutilmente o meu caminho

E eu te enxerguei, despreocupada
Em meu engano, em minha fantasia
Primeiramente
Foste, austera e inclemente
A um dos belos tesouros que eu possuía
E mo roubaste para sempre
Em fúria iconoclasta
Como o simum que arrasta
As cidades repletas de tesouros
Confundindo-as no pó

Foste aos meus ídolos mais caros
Destruindo-os sem dó

Prosseguiste, ó divina estatuária
Na tua obra silente e solitária
E quebraste
Minhas cítaras de ouro
Meus mármores de parós
Meus cofres de alabastros
Minhas bonecas de biscuí
Minhas estatuetas singulares
E humilhaste
Meus sonhos de mulher e de menina
Que eu pusera nos astros
Em meio às melodias estelares!

Mas, desde que chegaste
Foste a sombra divina
Que acompanhou meus passos ao sepulcro

Tudo sofri
Ó dor, por te querer
Porque depois que vieste
Qual pássaro celeste
Para abrir rosas de sangue no meu peito
Encheste a minha vida
De um estupendo prazer, quase perfeito!

Aos poucos me ensinaste a abandonar
Meus prazeres fictícios
Trocando-os pela luz dos sacrifícios!
Por tudo eu te bendigo, ó dor depuradora
Porque representaste em meu destino

De alma sofredora
O fanal peregrino
Que me guiou constantemente
Através das estradas espinhosas
Para as manhãs radiosas
Da luz resplandecente

Sê, pois, bendita, ó dor linda e gloriosa
Pois da volúpia estranha dos teus braços
Vim pelas mãos da morte complacente
Para a vida sublime dos espaços!

Mi Luz

Yo era, dolor, el alma roja e inquieta
La paloma favorita
De placer, ilusión y alegría
Mi corazón, alegre alondra
Saludé alboroto
El secreto de la noche y la luz clara del día
Cuando viniste en tu camino
Sutilmente pisando mi camino

Y te vi, sin preocupaciones
En mi engaño, en mi fantasía
Primeramente
Eras, austero e implacable
A uno de los hermosos tesoros que poseí
Y me lo robaste para siempre
En furia iconoclasta
Como el simum que arrastra
Ciudades llenas de tesoros
Confundirlos en el polvo

Fuiste a mis ídolos más caros
Destruyéndolos sin piedad

Has procedido, oh estatuaria divina
En tu trabajo silencioso y solitario
Y rompiste
Mis guadañas de oro
Mis canicas de canicas
Mis bóvedas halabaster
Mis muñecas de galletas
Mis figuritas únicas
Y humillado
Mis sueños de una mujer y una niña
Que había puesto en las estrellas
¡En medio de las melodías estelares!

Pero desde que llegaste aquí
Tú eras la sombra divina
Que acompañó mis pasos a la tumba

Lo sufrí todo
Oh dolor, por quererte
Porque después de que vinieras
¿Qué ave celestial?
Para abrir rosas de sangre en mi pecho
Tú llenaste mi vida
Un placer maravilloso, casi perfecto!

Poco a poco me enseñaste a abandonar
Mis placeres ficticios
¡Cambiándolos por la luz de los sacrificios!
Por todo lo que te bendigo, oh dolor purificador
Porque representaste en mi destino

De un alma sufriente
El peregrino fanus
Quién me guió constantemente
A través de las carreteras espinosas
Por las mañanas brillantes
De la luz brillante

Sad, pues, bendecidos, oh hermoso y glorioso dolor
Porque de la extraña volupía de tus brazos
Vine a manos de una muerte complaciente
¡A la vida sublime de los espacios!

Escrita por: Cármen Cinira (Espírito)