Pequeno Engraxate
A praça é pomposa, tem caros adornos.
Uma estátua de bronze enaltece um herói.
Contrastando, um menino de pele judiada
Com a caixa no ombro seu mundo constrói.
Um pequeno engraxate a vagar inocente
Com roupas farrapas que alguém lhe deu
Em calçados alheios capricha num brilho
Que a ele a vida tão cedo tolheu.
Em batuque de samba o vai-e-vem do pano
Retrata a gangorra que sua vida é.
Balanço que embala a triste incerteza
Se um dia, o que lustra, terá em seu pé.
O quiosque exala um cheiro de lanche
Que vem, impiedoso, com a fome mexer.
Prá que poupe os pilas, cochicha a consciência:
- Lá em casa não tem prá comer.
Uma senhora exibe seu cão bem cuidado
Que escava na grama sem que alguém reclame.
E o pobre menino, coparando a sorte,
Até sente inveja do cão da madame.
A praça é pomposa, tem caros adornos,
Uma estátua de bronze enaltece um herói.
De tantos não-feitos restaram os efeitos
Mas dor de consciência no bronze não dói.
Pequeño Limpiabotas
La plaza es ostentosa, tiene costosos adornos.
Una estatua de bronce enaltece a un héroe.
Contrastando, un niño de piel maltratada
Con la caja en el hombro construye su mundo.
Un pequeño limpiabotas vagando inocente
Con ropas andrajosas que alguien le dio
En zapatos ajenos se esmera en un brillo
Que a él la vida tan pronto le arrebató.
Al ritmo del samba el ir y venir del paño
Refleja el vaivén que es su vida.
Balanceo que acuna la triste incertidumbre
Si algún día, lo que lustra, estará en su pie.
El quiosco exhala un olor a bocadillo
Que llega, implacable, a remover el hambre.
Para que ahorre las monedas, susurra la conciencia:
- En casa no hay qué comer.
Una señora muestra su perro bien cuidado
Que escarba en el césped sin que nadie se queje.
Y el pobre niño, comparando la suerte,
Hasta siente envidia del perro de la señora.
La plaza es ostentosa, tiene costosos adornos,
Una estatua de bronce enaltece a un héroe.
De tantos desaciertos quedaron los efectos
Pero el bronce no siente el dolor de la conciencia.
Escrita por: Moacir D'Avila Severo