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El Desterrado

Moacir D'Avila Severo

O Desterrado

Pateou cobertas pra saborear o silêncio
Que a madrugada oferece a quem medita.
Nada melhor que a parceria do "amargo"
Pra voltar ao tempo onde o coração palpita.

Alçou a perna na lembrança piqueteira
E com um fiambre de saudade preso aos tentos,
Foi camperear na invernada do passado
Que, bem de asto, ceva gordos pensamentos.

E nesta andança por caminhos rastreados
Veio um sorriso no semblante se estampar,
Mesclado a água da vertente de seus olhos,
Pranteando um tempo que se foi para não voltar.

Boleou a perna da pseudo campereada
Quando a sirene de uma indústria o acordou,
Pra machucá-lo com a triste realidade
Da circunstância que a cidade o tragou.

Quando passo, vejo a estampa maragata
Na janela de seu alto apartamento.
Um cardeal "bombiando" a vastidão do mundo
Da opressão de uma gaiola de cimento.

El Desterrado

Pateó las cobijas para saborear el silencio
Que la madrugada ofrece a quien medita.
Nada mejor que la compañía del 'amargo'
Para regresar al tiempo donde el corazón palpita.

Levantó la pierna en el recuerdo gaucho
Y con un fiambre de nostalgia atado a los recuerdos,
Fue a cabalgar en el campo del pasado
Que, bien de cerca, alimenta gruesos pensamientos.

Y en este recorrido por caminos trazados
Una sonrisa se plasmó en su rostro,
Mezclada con el agua de la vertiente de sus ojos,
Llorando un tiempo que se fue y no volverá.

Revoleó la pierna de la pseudo cabalgata
Cuando la sirena de una fábrica lo despertó,
Para herirlo con la triste realidad
De la circunstancia que la ciudad lo engulló.

Al pasar, veo la imagen gaucha
En la ventana de su alto apartamento.
Un cardenal 'bombeando' la vastedad del mundo
Desde la opresión de una jaula de cemento.

Escrita por: Moacir D'Avila Severo