Kavanhus
In taverns of midnight, the whispers began
Of a figure who conquered with a smile, not a hand
With strings of low thunder, he carved out the air
And a beard like a banner, a crown he would wear
They called him Kavanhus, the God of the flame
Of laughter, of longing, of unspoken names
A shadow, a story, a secret untold
A mortal made legend, a myth made of gold
No throne, no crown, no kingdom to keep
Just a song in the night, where the faithful would weep
His gaze was a torch, his voice was the sea
A storm and a silence where hearts longed to be
Kavanhus, lord of the bearded light
A God who was born in the echoes of night
No temple, no altar, yet hearts bowed down
For the cavanhaque became his crown
Kavanhus, lord of the bearded flame
A myth that was carved in the sound of his name
No temple, no altar, yet hearts still sing
For Kavanhus reigns as an endless king
The maidens would gather, the stories would grow
Of a God with no kingdom, yet power to bestow
Not riches, not glory, nor blades to defend
But the fire of presence, that never would end
Through laughter and shadows, through silence and cheers
He carried the weight of the fleeting years
No mortal, no myth, could ever compare
To the God of the beard, who still lingers there
Kavanhus, lord of the bearded light
A God who was born in the echoes of night
No temple, no altar, yet hearts bowed down
For the cavanhaque became his crown
Kavanhus, lord of the bearded flame
A myth that was carved in the sound of his name
No temple, no altar, yet hearts still sing
For Kavanhus reigns as an endless king
In the hush of the night, his story remains
A God born of laughter, of joy, not of chains
Kavanhus, eternal, where shadows belong
A whisper, a legend, a beard and a song
Kavanhus
En tabernas de medianoche, los susurros empezaron
De una figura que conquistó con una sonrisa, no con la mano
Con cuerdas de bajo trueno, esculpió el aire
Y una barba como estandarte, una corona llevaría
Lo llamaron Kavanhus, el Dios de la llama
De la risa, del anhelo, de nombres que no se dicen
Una sombra, una historia, un secreto no contado
Un mortal hecho leyenda, un mito hecho de oro
Sin trono, sin corona, sin reino que guardar
Solo una canción en la noche, donde los fieles llorarían
Su mirada era una antorcha, su voz era el mar
Una tormenta y un silencio donde los corazones anhelaban estar
Kavanhus, señor de la luz barbuda
Un Dios que nació en los ecos de la noche
Sin templo, sin altar, aún así los corazones se inclinaban
Porque el cavanhaque se convirtió en su corona
Kavanhus, señor de la llama barbuda
Un mito que fue esculpido en el sonido de su nombre
Sin templo, sin altar, aún así los corazones cantan
Porque Kavanhus reina como un rey eterno
Las doncellas se reunían, las historias crecían
De un Dios sin reino, pero con poder para otorgar
No riquezas, no gloria, ni espadas para defender
Sino el fuego de su presencia, que nunca terminaría
A través de risas y sombras, a través de silencios y vítores
Él cargó el peso de los años fugaces
Ningún mortal, ningún mito, podría compararse
Al Dios de la barba, que aún persiste allí
Kavanhus, señor de la luz barbuda
Un Dios que nació en los ecos de la noche
Sin templo, sin altar, aún así los corazones se inclinaban
Porque el cavanhaque se convirtió en su corona
Kavanhus, señor de la llama barbuda
Un mito que fue esculpido en el sonido de su nombre
Sin templo, sin altar, aún así los corazones cantan
Porque Kavanhus reina como un rey eterno
En el silencio de la noche, su historia permanece
Un Dios nacido de risas, de alegría, no de cadenas
Kavanhus, eterno, donde las sombras pertenecen
Un susurro, una leyenda, una barba y una canción
Escrita por: Jair da Costa Braga Junior