A Tapera do João Posteiro (part. Rui Carlos Ávila)
Posteiro desde mocito
Na estância nasce na sina
Nesses confins que ainda existem
Perdidos pelas coxilhas
Num fundo que era no fundo
O que sabia do mundo
E o que andou como sina
Coxilhas, campos, canhadas
Moldados na imensidão
O que mais faltaria a um homem
A feito a terra e galpão
E sempre foi mui sereno
Que tinha sonhos pequenos
E raízes firmes no chão
Cacimba beira do rancho
De angico firme no esteio
Abrigo pras invernias
Um bom pingo, bons arreios
Um poncho pátria pro frio
Conhecedor do jugeriu
Para curar o mal mais feio
Parceiro do tempo largo
Lavando a erva do mate
Num silêncio quase eterno
Igual prosa de mascate
Como então acreditar
Que sua história ia chegar
Nesse tristonho arremate
Pois um dia acharam o João
Ao palmo de uma cadeira
Um pañuelo no pescoço
E a morte por companheira
O rancho num abandono
E um cusco velando o dono
E pendia da cumeeira
Ninguém jamais entendeu
Porque se matara o João
Senhor das lidas campeiras
Serviçal feito um peão
Ninguém podia entender
Porque partiu sem dizer
Que morreu de solidão
La Tapera de Juan Posteiro (parte de Rui Carlos Ávila)
Posteiro desde joven
En la estancia nace en el destino
En esos confines que aún existen
Perdidos por las lomas
En un fondo que era en el fondo
Lo que sabía del mundo
Y lo que anduvo como destino
Lomas, campos, cañadas
Moldeados en la inmensidad
¿Qué más le faltaría a un hombre
Hecho la tierra y galpón?
Y siempre fue muy sereno
Que tenía sueños pequeños
Y raíces firmes en el suelo
Pozo al borde del rancho
De angico firme en el poste
Refugio para los inviernos
Un buen caballo, buenos arreos
Un poncho patria para el frío
Conocedor del jergón
Para curar el mal más feo
Compañero del tiempo largo
Lavando la yerba del mate
En un silencio casi eterno
Igual que la prosa del vendedor ambulante
¿Cómo entonces creer
Que su historia iba a llegar
A este triste final?
Pues un día encontraron a Juan
Al alcance de una silla
Un pañuelo en el cuello
Y la muerte como compañera
El rancho abandonado
Y un perro velando al dueño
Y pendía del techo
Nadie jamás entendió
Por qué se mató Juan
Señor de las tareas camperas
Sirviente como un peón
Nadie podía entender
Por qué se fue sin decir
Que murió de soledad