Lo Comte Arnau
Lo comte de mataplana ne tenia dos cavalls:
L’un era blanc com la gebre, l’altre fosc com lo pecat
Malhaja lo cavall negre, benhaja lo cavall blanc!
Un matí de la hivernada lo negre feia ensellar
La comtessa ja li’n deia: –per què no enselles lo blanc?
Perquè fuig dels camins aspres
I a mi em plauen més que els plans
La comtessa ja hi tornava: –mon marit, no ho fesses pas
Lo negre em sembla el diable, déu nos lo tinga allunyat
Ell no li torna resposta, com si sentia tronar
Al negre posa la sella baldament fos satanàs
Adéu, la comtessa aimada
Déu te guie I l’àngel sant
L’àngel prou lo guiaria, mes ell no es deixa guiar
Lo guiaria a l’església I ell a la vila fa cap
On hi ha nines per perdre I pobres per escanyar
Malhaja lo cavall negre, benhaja lo cavall blanc!
Quan sortia de la vila semblava un esperitat:
Corria lo cavall negre, corria com si volàs
Tantost per les altes cimes
Com pel fons del xaragall
Los gombrenesos se senyen quan lo veuen desbocat
Los llops d’aquelles muntanyes lo segueixen udolant
Algun d’ells per simpatia, los altres olorant carn
Que n’esperen un bon àpat més amunt o més avall
Sos ulls semblen llumenetes
Llumenetes infernals
Al sentir sa udolissa lo comte s’és esglaiat
Voldria girar lo poltre mes ja no el pot aturar
Malhaja lo cavall negre, benhaja lo cavall blanc!
A la nit que és fosca fosca, se barreja el temporal
I els pastors al comte veuen entremig de trons I llamps
Volar d’una cresta a l’altra
Del montgrony vers les afraus
La tempesta esgarrifosa a mitja nit fa un esclat
D’un llampec entre les ales s’obira lo comte arnau
Rodolant d’alta cima de sant ou dins lo forat
D’on surt entre rius de flama lo renill del seu cavall
La comtessa l’esperava a la porta del palau
Passen hores, passen dies, passen nits de por I espant
A la tercera que pass
L’en veu venir condemnat
La nit era negra negra, més negre era son cavall
Son cavall que era el diable déu nos lo tinga allunyat
Malhaja lo cavall negre, benhaja lo cavall blanc!
El Conde Arnau
El conde de Mataplana tenía dos caballos:
Uno era blanco como la nieve, el otro oscuro como el pecado
Maldito el caballo negro, bendito el caballo blanco!
Una mañana de invierno, el negro estaba ensillando
La condesa le decía: -¿por qué no ensillas al blanco?
Porque huye de los caminos ásperos
Y a mí me gustan más que las llanuras
La condesa le decía: -mi marido, no lo hagas
El negro me parece el diablo, Dios nos lo tenga alejado
Él no le responde, como si escuchara tronar
Al negro le pone la silla descuidadamente, fuera Satanás
Adiós, amada condesa
Dios te guíe y el ángel santo
El ángel lo guiaría lo suficiente, pero él no se deja guiar
Lo guiaría a la iglesia y él va hacia el pueblo
Donde hay muñecas para perder y pobres para estrangular
Maldito el caballo negro, bendito el caballo blanco!
Cuando salía del pueblo parecía un endemoniado:
Corría el caballo negro, corría como si volara
A veces por las altas cimas
Como por el fondo del arroyo
Los habitantes del lugar se asustan al verlo desbocado
Los lobos de esas montañas lo siguen aullando
Algunos por simpatía, los otros oliendo carne
Que esperan una buena comida más arriba o más abajo
Sus ojos parecen lucecitas
Lucecitas infernales
Al escuchar su aullido el conde se asusta
Quisiera girar al potro pero ya no puede detenerlo
Maldito el caballo negro, bendito el caballo blanco!
En la noche que es oscura oscura, se mezcla la tormenta
Y los pastores ven al conde entre truenos y relámpagos
Volar de una cresta a otra
Del Montgrony hacia las Afraus
La tempestad espeluznante a medianoche estalla
De un relámpago entre las alas se transforma el conde Arnau
Rodando desde la alta cima de santo huevo al agujero
De donde sale entre ríos de llama el relincho de su caballo
La condesa lo esperaba en la puerta del palacio
Pasaban horas, pasaban días, pasaban noches de miedo y espanto
A la tercera que pasa
Lo ve venir condenado
La noche era negra negra, más negro era su caballo
Su caballo que era el diablo, Dios nos lo tenga alejado
Maldito el caballo negro, bendito el caballo blanco!