All Mercy Devoured
The sands, which have worn
Away the esteem of mercy
Grain by grain, like the knife
Pressed against flesh
Who unmask the hideous face of amity
Stand fast to the day of hanging
Of sickly peace and all her swains
Gilt with a handsome noose
Let the throat of man be nobly adorned
The hour demands a plague
Upon your miserable existence
A pax upon ye whoresons of gaia
A blade in her cunt engenders
The belated abortion of man
All mercy devoured in hatred's maw
All mercy devoured! Weak pity consumed!
The hour demands pure devastation
A ceremony of kings
A fist in the septic eye of creation
To speak of mercy would blight
And infect this cloven tongue
To utter pity would blacken
The very mouth
Hymnist of so many words
Of exalted torture
Hymnist of mockery in
The ear of laggard mankind
By the sands which have pity drowned
Each grain a thrall
In the kingdom of murder
Onto the ravening pyre cast
Not even your blood will quench
The hungry flames
Toda Misericordia devorada
Las arenas, que han usado
Alejando la estima de la misericordia
Grano por grano, como el cuchillo
Presionado contra la carne
Que desenmascaran el horrible rostro de la amistad
Permanezcan firmes hasta el día de la colgada
De paz enfermiza y de todos sus swains
Dorado con un lazo guapo
Deja que la garganta del hombre esté adornada con nobleza
La hora exige una plaga
Sobre tu miserable existencia
Una pax sobre vosotros, prostitutos de gaia
Una cuchilla en su vagina engendra
El aborto tardío del hombre
Toda misericordia devorada en las fauces del odio
¡Toda piedad devorada! ¡Débil piedad consumida!
La hora exige pura devastación
Una ceremonia de reyes
Un puño en el ojo séptico de la creación
Hablar de misericordia sería una plaga
E infectar esta lengua hendida
Sentir lástima se ennegrezca
La misma boca
Himno de tantas palabras
De tortura exaltada
Himno de la burla en
El oído de la humanidad laggard
Por las arenas que tienen piedad ahogado
Cada grano un thrall
En el reino del asesinato
Sobre el arrojado de la pira
Ni siquiera tu sangre se apagará
Las llamas hambrientas