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Paradigma
Das Ich
Paradigma
Rattenkot und Teufelsspucke, in mir sehlägt ein schwarzes Herz,
ab und zu da spuckt es Feuer, Blut gerinnt sekundenschnell.
Erblicke ich die Menschenkinder, Leid und Hunger, alle sterben,
bleib ich steh'n und denke nach, was ich auf der Welt verlor.
Traum und Elend, fluchend Rache, wach' ich aus dem Koma auf,
weiß jetzt wie die Toten speisen, dreht sich mir der Magen um.
Verzeih'n Sie bitte, was sind Tiere, Menschen ähnlich
oder mehr, wissen nichts, von Militär und auch nichts von dem Schießgewehr.
Das enzig wahre Paradies, beim Sensenmann, die Seelen quälen,
geistig hab' ich mich erwischt, ich lösche Gott die Menschheit aus.
Aus diesen Grund bin ich gefährlich, liefe Amok müsst' ich wählen,
die ganze Welt ist voller Blut, niemand kennt den Unterschied.
In tiefer Not zieh' ich zu Grabe, fleh' um Tod und Ruh',
auf Erden hab' ich ihm gedient, winsel' ihn um Gnade an.
Hämisch lachend, spuckt mir jetzt der Teufel ins Gesicht,
und flüstert leise mir ins Ohr, von Gott sei er geschickt.
Hört auf zu schrei'n, hört Euch niemand zu.
Hört auf zu lügen, hört Euch selbst nur fleh'n.
Hört auf zu morden, im Blut ertrunken.
Hört auf zu hassen, im Rausch verloren.
Paradigma
Mierda de rata y saliva del diablo, en mí late un corazón negro,
de vez en cuando escupe fuego, la sangre se coagula en segundos.
Cuando veo a los hijos de los hombres, sufrimiento y hambre, todos mueren,
me detengo y reflexiono sobre lo que perdí en el mundo.
Sueño y miseria, maldiciendo la venganza, despierto del coma,
ahora sé cómo se alimentan los muertos, me revuelve el estómago.
Perdóneme, ¿qué son los animales, similares a los humanos
o más, no saben nada de militares ni de rifles.
El único paraíso verdadero, torturar almas con el segador,
mentalmente me he atrapado, borro a la humanidad de Dios.
Por esta razón soy peligroso, si fuera loco tendría que elegir,
el mundo entero está lleno de sangre, nadie conoce la diferencia.
En profunda necesidad me dirijo a la tumba, ruego por la muerte y la paz,
en la Tierra le he servido, le suplico por su misericordia.
Riendo maliciosamente, el diablo me escupe en la cara ahora,
y susurra suavemente en mi oído, que fue enviado por Dios.
Dejen de gritar, nadie los escucha.
Dejen de mentir, solo se escuchan a sí mismos suplicar.
Dejen de matar, ahogados en sangre.
Dejen de odiar, perdidos en la embriaguez.
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