Vida no altar

Vida en el altar

Todo creyente que vive orando y consagrándose, poniendo en orden su altar, es un creyente poderoso, una antorcha de fuego en las manos de Jehová.

Coro: es creyente que ora, que gime, que llora, pasa por luchas en este mundo cruel, pero no murmura, sigue confiado, pues tiene la certeza de descansar en el cielo.

Y de madrugada, con las rodillas en el suelo, está orando por intercesión, por la juventud, el círculo de oración y por el pastor de la congregación.

¿Quieres tener victoria, ser una bendición en las manos del Señor, ver a Dios obrando y liberando al oprimido? Pero para que esto se cumpla, es necesario poner la vida en el altar.