Towards The Timecentre

Hacia el Centro del Tiempo

Una vida secreta, independiente y olvidada, escondida en las afueras
de una sociedad humanoid, cubierta por las hojas de los restos otoñales de la mente humana. Vivía chocando con la relatividad de nuestro tiempo.
Había visto las vidas de los violados comenzar con sus muertes,
y los observaba a todos, mientras viajaban hacia
los vientres de aquellos que serían despreciados, hacia sus finales.
Había vivido por toda la eternidad y lo había visto todo, al revés:
la extinción de la humanidad para Ella no era más que el
comienzo de nuestras vidas, reflejadas en sus mil ojos: las luchas
de la raza títere en la bola de polvo, flotando en sentido contrario
alrededor de una bola de luz, que llorosamente llamaban Sol.
Recordaba cómo se reía de ellos, mientras avanzaba,
hacia el comienzo de su tiempo.

En los eones que habían pasado, había visto
al universo implosionar y comenzar su viaje de regreso hacia esta
nada que esperaba. Bolas de polvo y luz viajaban hacia
el centro vacío. Esperando ser transformadas en ondas de energía desconocida.
Cuando era más joven, aún una Reina Antigua,
saltaba de estrella en estrella para descubrir los secretos eternos.
Pero su exploración no fue más allá de esta tierra, donde
descansaba y observaba a la raza manipuladora.
Y aunque estaba reservada en el tiempo y por lo tanto invisible para
ellos, comenzaron a sentir su presencia y comenzaron
a adorar a la cosa. Recordaba cómo se reía
de ellos, cuando descubría su pequeña capacidad de entender cualquier verdad.

Qué entretenidos habían sido, peleando, riendo, llorando.
Pero su raza pronto se extinguió evolucionando hacia la primitividad.
Y en este punto era solo cuestión de tiempo para Ella,
ver este sistema caer en las garras del torbellino de la gran implosión.
Y pronto desaparecerá, y Ella sabía con toda su divina
inteligencia que también era su momento de morir y desaparecer.
Y en todas partes el tiempo ha cesado de existir.