Brief van een landbouwer aan zijn zoon

Carta de un agricultor a su hijo

Mi querido hijo, me has escrito
Ahora que has cumplido dieciocho años
Si quería darte un buen consejo
Sobre qué debes ser, buen chico
Esa es, sin mentir, una tarea difícil, una cosa complicada
Las ilusiones se desvanecen tan rápido
La vida es tan extraña
Si puedes inclinar sumisamente tu cabeza
Quizás te vaya bien
Porque, oh, la gente es tan mala
Quien engaña más fuerte tiene más derecho
Deberías dirigir la granja
Allí al menos puedes ser honesto
Tienes una buena casa y comida sabrosa
Así que querido muchacho, quédate como granjero

Si alguna vez te atrae la política
Dedicar tus fuerzas a la patria
Esa tarea no es envidiable en absoluto
Requiere astucia y entendimiento
La política es solo una mentira
Es como un torbellino, como un remolino
Porque bajo el pretexto de los intereses nacionales
Se engaña al pobre pueblo
Por un escaño en el Parlamento
Actúan con fervor y audacia
Y una vez sentados en la silla
El pueblo está aún más lejos del objetivo
Mentir y engañar constantemente
Engañar con una sonrisa
Eso es todo un desafío para una persona honesta
No, querido muchacho, quédate como granjero

O si prefieres brillar, destacar
¿Te atrae quizás el ejército?
Entonces, si quieres ascender
Definitivamente tendrás que ir a las Indias
Allí puedes destacarte
Seguramente recibirás la cruz de caballero
Pero veo a mi hijo después de mucho tiempo
Quizás sin brazos en casa
¿Podrías derramar sangre?
¿Podrías dispararle a un semejante?
¿Podrías, a pesar de toda virtud y valentía
Mancharte las manos de sangre?
¿Podrías quitarle la vida a alguien
Que quizás nunca haya hecho nada malo?
Porque lo juraste bajo la bandera
No, querido muchacho, quédate como granjero

Te he dado mi opinión
Te he dado consejos, hijo mío
No es necesario que te sientas ofendido
Pero soy tu padre y lo digo en serio
Si todos los padres prestaran atención
Para apoyar a sus hijos
Muchos no habrían caído
No verías a tantos desafortunados caminar descalzos
No dejes que Ámsterdam te tiente
Evita las grandes ciudades como la peste
Sé que la corriente de luz nos atrae
Aunque nos hunda
Cuántos no han sido destruidos por esa vida
Aniquilados, quedándose en el fango
El peligro acecha en todas partes
No, querido muchacho, quédate como granjero