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Mãe, Saudades
Paulo Felix
Mãe, Saudades
Mãe o tempo passa, mas a saudade
Só aumenta
Sinto tanta falta do seu cheiro
O seu sorriso e o seu jeito, mudava tudo
Mãe você era tão presente
Mãe você era nosso presente
O seu sorriso e o seu jeito, mudava tudo
Mãe, amiga, intercessora, companheira e tão simples, você me ensinou a sonhar
Eu aprendi a orar, porque te vi clamando
Porque te vi adorando
Contigo aprendi a confiar
Que existe o amanhã
Oh mãe, oh mãe
Na eternidade eu vou te ver, mãe
E para sempre, e para sempre
Juntos felizes, mãe
Nunca mais dor, nunca mais choro
Há mãe
Saudades das suas falas
Continua conosco senhor!
Saudade daquele vai da certo filho
Saudade do seu olhar
Nos olhando e nos admirando
E sempre desejando o melhor de Deus para nós
Há que saudade!
Mas seguimos na palavra do senhor, que diz
E Deus, limpará de seus olhos toda a lágrima
E não haverá mais morte, nem pranto, nem clamor, nem dor
Porque já, as primeiras coisas são passadas
Mãe amiga, intercessora, companheira e tão simples, você me ensinou a sonhar
Eu aprendi a orar, porque te vi clamando
Porque te vi adorando
Contigo aprendi a confiar
Que existe o amanhã
E juntos, para sempre, no paraíso, que ele nos preparou!
Até breve mãe!
Madre, Extrañando
Madre el tiempo pasa, pero la añoranza
Solo aumenta
Echo tanto de menos tu aroma
Tu sonrisa y tu forma de ser, lo cambiaba todo
Madre, eras tan presente
Madre, eras nuestro regalo
Tu sonrisa y tu forma de ser, lo cambiaba todo
Madre, amiga, intercesora, compañera y tan sencilla, me enseñaste a soñar
Aprendí a orar, porque te vi suplicando
Porque te vi adorando
Contigo aprendí a confiar
Que existe el mañana
Oh madre, oh madre
En la eternidad te veré, madre
Y por siempre, y por siempre
Juntos felices, madre
Nunca más dolor, nunca más llanto
Extraño tus palabras, madre
¡Sigue con nosotros, Señor!
Extraño ese 'todo saldrá bien, hijo'
Extraño tu mirada
Observándonos y admirándonos
Y siempre deseando lo mejor de Dios para nosotros
¡Qué añoranza!
Pero seguimos en la palabra del Señor, que dice
Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos
Y no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor
Porque ya las primeras cosas han pasado
Madre, amiga, intercesora, compañera y tan sencilla, me enseñaste a soñar
Aprendí a orar, porque te vi suplicando
Porque te vi adorando
Contigo aprendí a confiar
Que existe el mañana
¡Y juntos, por siempre, en el paraíso que él nos ha preparado!
¡Hasta pronto, madre!
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