Con Permiso Soy El Tango

El Tango: Alma y Voz del Barrio

La canción 'Con Permiso Soy El Tango' de Alberto Castillo es una oda al tango, un género musical profundamente arraigado en la cultura argentina. La letra personifica al tango, dándole vida y voz, y lo presenta como un visitante que llega con humildad y respeto, pidiendo permiso para entrar. Esta personificación permite que el tango hable directamente al oyente, destacando su importancia y su conexión con la vida cotidiana de los barrios porteños.

El tango se describe a sí mismo como un elemento esencial en los bailes y en la vida social, con un 'acorde bien porteño' y un 'sentido compás' que resuenan con la identidad argentina. La referencia a los barrios y al 'viejo arrabal' subraya la procedencia humilde y popular del tango, que nació en los suburbios de Buenos Aires y se convirtió en un símbolo cultural. La mención de personajes como 'la morocha, el entrerriano, el pipe y don juan' evoca figuras típicas del tango y de la vida barrial, reforzando la idea de que el tango es una expresión auténtica del pueblo.

La canción también resalta la continuidad y la tradición del tango, afirmando que sigue siendo el mismo de ayer, con letras inspiradas por el pueblo y para el pueblo. Esta conexión con el pasado y con la comunidad es fundamental para entender el significado del tango en la cultura argentina. Al final, el tango pide permiso para entrar al salón, simbolizando su deseo de seguir siendo parte de la vida y la cultura de la gente. En resumen, 'Con Permiso Soy El Tango' es una celebración del tango como una expresión viva y vibrante de la identidad y la historia de los barrios porteños.