Seraphim

Serafín

Siento que entra en mi alma. La obsesión paranoica no lo dejará salir de casa. Porque ha visto su rostro en el espejo, todo desgarrado y desgarrado. Las palabras de fondo de cristal no la dejan en paz. Porque ha visto al ángel que la mata. No puede ver, no sabe que las palabras son creación. Obsesionado con la destrucción y las mentiras. El hijo del miedo le vende la teoría de que la esperanza está viva... Este conflicto yace en el bolsillo trasero de un ángel sin nombre. Aún buscando la señal que complete el círculo de su vida. No sabe que lo que encuentre definirá su vida desde lo más profundo de su alma. ¿Está bien tu amigo? Parece el solitario que quiere que las cosas cambien. Pero las cosas, cambian demasiado rápido. Mantenido en desprecio de los justos. Cree en palabras dentadas. Dejadas intactas lo perseguirán por siempre. Cielo enviado, unos pocos elegidos. Robando las grietas debajo de una trompeta que grita. Cuatro cabezas en seis alas que soplan los cuatro vientos mientras suena la séptima trompeta. Le dije a ese hombre lo que habías dicho y me miró y mintió. Lloró y cerró los ojos, murió y trazó la línea. El tiempo pasa mientras yo avanzo y subo alto. Su acción me reconforta. Esta oscuridad me acaricia de nuevo. La imagen descuidada de la verdad pintada atraviesa el corazón de su creador. Este hombre, su habilidad grabada. Luce la hemorragia de su órbita muerta. Ahora no podemos despertarlo. A través de agujeros en las paredes caminan estos ángeles. Agujero en su alma, este demonio respira. Sabe en su corazón, el serafín caerá. Cuando los vientos mueran, ¿la traición seguirá sangrando? ¿Quién queda sosteniendo el arma humeante... Yo. Susurros fríos ayudan a quemar los ojos de este pecador. Lo arrastra de vuelta al nacimiento. Soy testigo del final. Verdadera belleza.