Tempo Zero

Cero Tiempo

Amaneció, cero tiempo, desperté del estado cataléptico
Desde la ventana del barraco, la primera mirada. Flota el polvo
en la calle roja de tierra y barro. Un hombre sonríe
aún muerto, pero puede ver. Desde el amanecer ya no me
someto más, ni respiro más ilusión. Las imágenes no me
venden la mentira. Los medios ya no me engañan. Brilla el
sol negro de la mañana capitalista... Aquí: periferia, valle
del odio... Nada ha cambiado o mejorado. Quedan desempleo
y soledad. Los antiguos cuerpos se pudren y de los esclavos
las palmas sangran. Todos como yo. ¡Pobre soy yo!
¡Miserable soy yo! ¡Carne putrefacta! Para ellos (Estado)
no soy nada. Ya lucran sin mi sangre. Ahora es imposible
sonreír e inútil llorar. Muchas son las voces. Escucho
himnos... Alabanza. Oran a ti, Señor, Imagen en la cruz. Eres
blanco como el opresor, mi demonio usurpador. Eras la esperanza
de un pueblo que la tormenta se llevó... De repente miro a mi alrededor: somos miles. Con gritos de
odio empuñamos las hoces y los fusiles. Ya no tenemos
nada que perder y si tan sádico fue tu Dios, nuestro
pecado será la igualdad. No existiendo más bellas
ilusiones, como un cáncer, el odio infectó el núcleo y el
alma despertándonos para un nuevo amanecer. No hay
bendición, infierno o redención.