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Aprendendo a Conversar Com Deus

Everton

Letra

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Aprendendo a Conversar Com Deus

Para conversar com Deus é preciso antes de tudo aprender a estar em silêncio.

Muitos se queixam que não conseguem ouvir a voz de Deus e, portanto, não há nenhum mistério.

Deus nos fala. Mas geralmente estamos tão preocupados em falar, falar e falar, que Ele simplesmente nos ouve. Se falamos o tempo todo, nada mais natural que ouvirmos o som da nossa própria voz. Enquanto nosso eu estiver dominando, só ouviremos a nós mesmos.

A maneira mais simples de orar é ficar em silêncio, colocar a alma de joelhos e esperar pacientemente que a presença de Deus se manifeste. E Ele vem sempre. Ele entra no nosso coração e quebranta nossas vidas. Quem teve essa experiência um dia nunca se esquecerá.

Nosso grande problema é chegar na presença de Deus para ouvir somente o que queremos. Geralmente quando chegamos a Ele para pedir alguma coisa, já temos a resposta do que queremos. Não pedimos que nos diga o que é melhor para nós, mas dizemos a Ele o que queremos e pedimos isso. É sempre nosso eu dominando, como se inversamente, fôssemos nós deuses e que Ele estivesse à disposição simplesmente para atender a nossos desejos. Mas Deus nos ama o suficiente para não nos dar tudo o que queremos, quando nos comportamos como crianças mimadas. Deus nos quer amadurecidos e prontos para a vida.

Quem é Deus e quem somos nós? Quem criou quem e quem conhece o coração de quem? Somos altivos e orgulhosos. Se Deus não nos fala é porque estamos sempre falando no lugar dEle.

Portanto, se quiser conversar com Deus, aprenda a estar em silêncio primeiro. Aprenda a ser humilde, aprenda a ouvir. E aprenda, principalmente, que Sua voz nos fala através de pessoas e de fatos e que nem sempre a solução que Ele encontra para os nossos problemas são as mesmas que impomos. Deus também diz "não" quando é disso que precisamos. Ele conhece nosso coração muito melhor que nós, pois vê dentro e vê nosso amanhã. Ele conhece nossos limites e nossas necessidades.

A bíblia nos dá este conselho: "quando quiser falar com Deus, entra em seu quarto e, em silêncio, ora ao Teu Pai."

Eis a sabedoria Divina, a chave do mistério e que nunca compreendemos. Mas ainda é tempo...

Encontramos no livro de Provérbios a seguinte frase:
"as palavras são prata, mas o silêncio vale ouro."

A voz do silêncio é a voz de Deus. E falar com Ele é um privilégio maravilhoso acessível a todos nós.

Aprendiendo a Conversar con Dios

Para conversar con Dios, primero es necesario aprender a estar en silencio.

Muchos se quejan de que no pueden escuchar la voz de Dios y, por lo tanto, no hay ningún misterio.

Dios nos habla. Pero generalmente estamos tan preocupados por hablar, hablar y hablar, que Él simplemente nos escucha. Si hablamos todo el tiempo, es natural que escuchemos el sonido de nuestra propia voz. Mientras nuestro ego esté dominando, solo nos escucharemos a nosotros mismos.

La forma más sencilla de orar es quedarse en silencio, poner el alma de rodillas y esperar pacientemente que la presencia de Dios se manifieste. Y Él siempre viene. Él entra en nuestro corazón y transforma nuestras vidas. Quien haya tenido esta experiencia un día nunca la olvidará.

Nuestro gran problema es acercarnos a la presencia de Dios para escuchar solo lo que queremos. Generalmente, cuando vamos a Él a pedir algo, ya tenemos la respuesta de lo que queremos. No pedimos que nos diga qué es lo mejor para nosotros, sino que le decimos lo que queremos y pedimos eso. Siempre es nuestro ego dominando, como si fuéramos dioses y Él estuviera simplemente para cumplir nuestros deseos. Pero Dios nos ama lo suficiente como para no darnos todo lo que queremos cuando nos comportamos como niños consentidos. Dios nos quiere maduros y listos para la vida.

¿Quién es Dios y quiénes somos nosotros? ¿Quién creó a quién y quién conoce el corazón de quién? Somos altivos y orgullosos. Si Dios no nos habla es porque siempre estamos hablando en lugar de Él.

Por lo tanto, si quieres conversar con Dios, aprende primero a estar en silencio. Aprende a ser humilde, aprende a escuchar. Y aprende, sobre todo, que Su voz nos habla a través de personas y hechos, y que no siempre la solución que Él encuentra para nuestros problemas es la misma que imponemos. Dios también dice 'no' cuando es lo que necesitamos. Él conoce nuestro corazón mucho mejor que nosotros, ya que ve dentro y ve nuestro mañana. Él conoce nuestros límites y nuestras necesidades.

La Biblia nos da este consejo: 'cuando quieras hablar con Dios, entra en tu habitación y, en silencio, ora a tu Padre.'

Ahí está la sabiduría Divina, la clave del misterio que nunca comprendemos. Pero aún hay tiempo...

Encontramos en el libro de Proverbios la siguiente frase: 'las palabras son plata, pero el silencio vale oro.'

La voz del silencio es la voz de Dios. Y hablar con Él es un maravilloso privilegio al alcance de todos nosotros.


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