Ayer Me Robé Una Flor

El Jardín del Amor: Un Canto a la Devoción y la Pasión

La canción 'Ayer Me Robé Una Flor' de Fredy González es una hermosa metáfora sobre el amor y la devoción. A través de una narrativa poética, el artista describe cómo se 'robó' una flor del jardín de Dios, una flor que representa a su esposa. La letra está impregnada de simbolismo religioso y natural, donde el jardín de Dios es un Edén lleno de belleza y tentación. La flor, que cambia de forma y color, simboliza la versatilidad y la belleza eterna de su amada, quien no solo es físicamente atractiva sino también emocionalmente enriquecedora.

El uso de metáforas como 'jazmín', 'girasol', 'orquídea' y 'rosa en botón' no solo resalta la diversidad y la belleza de la flor, sino que también sugiere que su esposa tiene múltiples facetas que la hacen única y especial. La flor no marchita y cada día se vuelve más hermosa, lo que puede interpretarse como una representación del amor eterno y creciente que siente por ella. Además, la canción menciona que la flor ha dado 'dos retoñitos', simbolizando los frutos de su amor, posiblemente sus hijos.

La canción también aborda temas de arrepentimiento y redención. El protagonista pide perdón a Dios por haber 'robado' la flor, aunque aclara que no lo hizo por ambición sino por la irresistible atracción que sentía. Este acto de 'robo' es en realidad un acto de amor y devoción, y el protagonista se compromete a cuidar y proteger a su amada. La canción concluye con una declaración de felicidad y satisfacción, afirmando que vive feliz con la rosa que se robó al creador, sugiriendo que su amor es bendecido y aprobado por Dios.