Les Larmes du Destin

Las lágrimas del destino

Miran había vencido a su padre, el sacerdote de hielo, pero esta lucha solo facilitó la tarea al demonio que hasta entonces no había logrado derrotar el alma pura de Miran. En ese momento, su cuerpo contenía los arrepentimientos y el disfrute, el espíritu de un joven y el de un demonio. Era una lucha interna que comenzaba, los laureles de la victoria siendo el reinado de un cuerpo, la dominación de un pueblo. Las imágenes se agolpan, la muerte de Milara, el asesinato de un amor o el asesinato de una prostituta... El espíritu de Miran no es más que neblina... Mientras cree que la batalla ha terminado, esta apenas comienza... Las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas, la tristeza y el miedo, las lágrimas de su destino... La posesión de su cuerpo llegaba a su madurez y en un último instante de lucidez, de amor y humanismo, Miran se atravesó el corazón con la espada de la conjuración. El templo desapareció entonces, dejando en el lugar de la masacre tres cadáveres bañados en un charco de sangre escarlata... Miran, las lágrimas de su destino marcadas en sus mejillas... Milara, desfigurada por el dolor de su sacrificio... Y Cébil, con una sonrisa incrustada en el rostro... Sonrisa que llevó consigo al otro mundo... al de las tinieblas... donde le esperaba una nueva era de prosperidad...