Israelit

Israelita

En el hombro del Hermon,
en el espíritu de Galilea
soy Israelita.

En los huertos de limones,
naranjas y uvas
soy Israelita.

En una pequeña cafetería,
en una gran copa de vino,
soy Israelita.

Cuando escucho canciones olvidadas,
mi corazón late
soy Israelita.

Sobre las colinas del mundo,
en un susurro nocturno
soy Israelita.

Cuando hay risas vacías
y arrogancia barata
soy Israelita.

A la luz de las velas festivas,
en un día de reunión o luto,
con el sonido de una flauta o arpa
soy Israelita.

Israelita en el corazón y el alma.
En el nombre de mi madre. Y también en el mío.
En mis sueños y en mi sangre.
Bailo y canto en mi pueblo.
Con la madre tierra.
En el mercado y en la sinagoga,
en la comunidad en general
soy Israelita.

En casa, con una canción de esperanza ligera
Israelita.

Todavía se refleja en los ojos de mi espíritu en el cielo.
Y un solo Dios y ángeles de alas
soy Israelita.

Llevo canciones mañana
a un asentamiento fronterizo
soy Israelita.

En mi boca una oración de paz,
como un manto
soy Israelita.

Por siempre, eternamente, buscando el camino.
Por siempre, eternamente libre y comprometido
soy Israelita.

Israelita en el corazón y el alma.
En el nombre de mi madre. Y también en el mío.
En mis sueños y en mi sangre.
Bailo y canto en mi pueblo.
Con la madre tierra.
En mi boca una oración de paz,
como un manto.
Soy Israelita.