Aurora

Aurora: Un Romance Eterno en la Plazuela del Gato

La canción 'Aurora' de Javier Ruibal es una oda a un amor intenso y efímero, lleno de pasión y melancolía. Desde el inicio, la letra nos transporta a la plazuela del Gato, un lugar que parece ser testigo de un encuentro significativo. La campana de la alegría suena cuando el narrador ve a Aurora, y aunque no hay palabras explícitas, el silencio de ella confirma su aceptación. Este momento de conexión es tan poderoso que hace temblar las paredes, simbolizando la intensidad del sentimiento que ambos comparten.

La letra continúa describiendo cómo el narrador se entrega completamente a este amor, comparando la piel de Aurora con un rosario, un objeto de devoción y fe. La relación se describe como un derroche de claveles y una sobredosis de pasión, sugiriendo que cada momento juntos es vibrante y lleno de vida. Sin embargo, también hay una sensación de urgencia y temporalidad, con un 'infierno de relojes' acechando las ventanas, recordando que el tiempo es limitado y que este amor, por más intenso que sea, tiene un final inevitable.

El estribillo '¡Ay, ay, Aurora!' refleja la mezcla de admiración y dolor que siente el narrador. Aurora parece ser una figura casi mítica, inmutable por el tiempo, mientras que el narrador sigue ardiendo en la misma llama de pasión. La canción culmina con una nota de tristeza, cuando la campana de la alegría se convierte en la campana de la tristeza. El viernes de ceniza, un día asociado con el luto y la penitencia en la tradición cristiana, marca el final de su relación. La imagen de Aurora llorando una sonrisa y la lluvia que cae eternamente simbolizan la profunda tristeza y la soledad que sigue al fin de este amor.