The Jeweller

El Joyero

Muy lentamente sorbía su té, sin apartar la mirada de la densa impresión a doble espacio que leía con su ojo de joyero
Absorto en su rincón, transmitía a los demás habitantes de la habitación una insularidad garabateada de tiempo y espacio
Ambos pasaban junto a él a la velocidad de la luz, no muy diferente al flujo de sustancia, sin embargo variada, hacia esa entidad lisérgica conocida como el agujero negro
No era feo para su época, y la conversación ciertamente no se le escapaba
Se requerían medidas drásticas, y como en la antigüedad, el hombre solitario estaba bendecido con sabiduría hasta el punto de la desesperación
Pero allí en su rincón, desarrollándose a su alrededor como un sol, había un clima de una belleza tan rara que la vista y el sonido ya no podían considerarse alimento suficiente para los sentidos
Y había comenzado a notar, a medida que su audición fallaba, que mente y materia no estaban de ninguna manera conectadas entre sí, como si de hecho una no pudiera proponer y demostrar su existencia erótica en términos de la otra
'¿Qué significa esta palabra?' preguntó al camarero solemne con esperanza
'Nada de postre, señor', fue la respuesta, 'quizás un cóctel, un café o una esencia herbal, a veces ayuda a respirar, ya sabe'. 'La cuenta, si no le importa', respondió rápidamente
Y mientras el ruido de los pies se desvanecía en la habitación, ya apenas los escuchaba, su ojo comenzó a cerrarse lentamente, y para cuando emergió en la soleada calle se vio obligado a depender por completo del otro ojo para ayudarse, pero afortunadamente continuó con sus múltiples funciones, parpadeando suavemente para lubricarse y registrando imágenes
Era la hora pico, en Hawái solo eran las 10am
Así que, al doblar en su calle, se detuvo en la farmacia y compró un parche para el ojo que pronto cubrió el ojo renuente
Subiendo las escaleras, reflexionaba sobre qué hacer a continuación, llamaría a un médico y se haría pruebas, comería alimentos nutritivos y, si fuera necesario, consentiría a la cirugía, el último recurso del hombre apostador
Y a la 1am se despertó de un sueño y después de tantear en la luz obsoleta de su habitación, miró fijamente en las venas oxidadas de su espejo y levantó el parche
Lo que vio lo asombró. Donde antes había tejido tembloroso y membrana ahora había un folículo y una vagina perfectamente formada con vulva, exuberante y misteriosa, reveladora y aún para el ojo inexperto
Pero en los profundos y oscuros rincones de esa oclusión pegajosa yacía el ojo vigilante del asco en sus momentos finales, lanzándose hacia adelante y hambriento de la fría luz de los días