Louvado seja meu Senhor

Alabado sea mi Señor

Alabado sea mi Señor, que me da la victoria, de Él es todo el poder y la honra, es digno de gloria. Él me hace vencer la guerra, vencer la batalla, vencer a Satanás y lo que yo no puedo hacer, yo lo glorifico que lo haga.

A veces, cuando el creyente es probado, murmura: ¡esta vida es tan difícil! Olvida que la vida está llena de pruebas y que nuestro descanso no es aquí. Pero el creyente fiel tiene la receta que cuando se hace, no hay para nadie. Levanta la mano y dice alabado sea mi Señor por siempre, amén!

Si tienes problemas y es difícil y no sabes qué hacer, pide al Señor que hable contigo, que te diga cómo resolverlo. Dios te dice: ¡La batalla no es tuya! Hijo mío, ya puedes descansar. Sea cual sea el problema, yo lo resolveré, te creé para alabarme!

A menudo no prestamos atención al alabanza que le damos a Dios. No dudes, hermano, eres un creyente, el milagro sucede cuando creemos. Di que Dios sea alabado y Dios se complacerá en tu alabanza. Canta para que todo el infierno escuche: ¡Alabado sea mi Señor!

Y para concluir lo que estoy diciendo, hermanos, permanezcan en la paz del Señor. No olviden que son instrumentos, Dios quiere que salga de ustedes alabanza. Si las cosas se ponen difíciles, entonces canta y Dios llenará tu vida de luz. El infierno y el problema serán atados y vencerás en el nombre de Jesús!