Die Ballade vom Dackel Waldi

La balada de Waldi el Teckel

Mi Dios, ¿dónde está Waldi,
el Waldi que se ha perdido?
¿Qué habrá hecho ese buen animal
en el bosque para andar?
En el bosque, hace un frío terrible,
Waldi se va a congelar,
y además pueden pasar
otras cosas desagradables.
Así habla la Sra. Kühn, con las mejillas
enrojecidas de miedo,
tal vez algún malvado haya matado
a su Waldi.
Un trabajador extranjero que de noche
deambula solo por los bosques
y con una mirada hambrienta
se abalanza sobre la carne de Teckel.
Pensemos que el animal, que siempre
se sentaba en el regazo de su dueña,
será devorado con salsa de tomate
y espaguetis.
La Sra. Kühn palidece, se desmaya de la silla
con estrépito y címbalos,
pero de repente se levanta con valentía,
se escucha un ladrido a lo lejos.
¡Dios mío, ese debe ser Waldi,
solo uno ladra tan plateado!
Las damas del café canturrean dulce:
¿Dónde estás, mi pequeño?
El aire es cálido, el círculo de café
parece una manada salvaje.
Ya se asoma una cola de perro,
pero lamentablemente es - un caniche.
Entonces, la Sra. Kühn tenía razón
con la teoría de los espaguetis,
ya están en el bosque alemán.
El grupo de café arruga la nariz.
La mesa de la terraza del café del bosque
se desborda por completo.
¿Dónde estará el camarero?
¡Vaya y traiga al chico!
El chico llega, su piel oscura
hace palidecer a todos rápidamente.
Se murmura aquí, se critica allá:
¡Esto es inaceptable!
También tiene el pelo negro rizado,
se nota en los dientes.
"Un café, por favor!" Todo claro.
Ya se ven las hienas
agarrando tenedores para el pastel.
Pero el chico intenta escapar.
No hay nada que hacer. Pronto
sacarán los cuchillos de cocina.
Ya están sobre él. El pobre,
está en las fauces de las mujeres,
y en sus mejillas muertas ruedan
dos lágrimas italianas.
Entonces suena un ladrido claro como una campana desde el bosque,
se ve una colita de Teckel.
Eso es todo. Ese es el final feliz
de nuestro círculo de café.