Borderline

Límite

No sé qué hacer, el pasado sigue golpeándome tan fuerte que me deja sin mis armas. Desnuda, despojada de una realidad cruda, esta tortura que consume la armadura encerrada en cuatro paredes. Clara, mil problemas como muchos, relatos desnudos recopilados, te das cuenta de que no se puede vivir de recuerdos, hablas con sordos, los olvidas como sueños, pero dejan surcos en un tiempo que no se rebobina. Decían que el tiempo pasaba y me curaba, sin embargo, dentro arde esta llama aún viva. ¿Cómo es que quienes aconsejan hacen todo fácil y luego dicen que el mal ayuda a crecer? Perdónenme, no pude, juro que di todo de mí, soy honesta, ¿qué me queda? Algunas cartas que escribí en una habitación y lo que me falta es tener tinta y papel para escribir otra. No me basta, no te basta, y ahora lleva tu nombre lejos de mi corazón, ya tengo suficiente. Me visto con lo que sea y 21 gramos de mi alma lejos de quienes los contaminan. Es hora de pasar la página, secar otra lágrima, una herida abierta sangra y no se cura.

Emociones, pensamientos entre mí, se elevan en este triste día de lluvia desconsolada que dice no, simplemente no, a mi pasado, ¡no! Fumo un malboro y prometo dejarlo, pero mientras más me niego un vicio, más propicio es que quiera tomarlo. El amor enseña a amar, yo sé hacerlo, y parece que mi padre no existe y esto es por mi madre. Algunas arrugas la hacen grande, me ha visto llorar por gente cruel, ahora es la única en la que depositar confianza. Me siento sola demasiado a menudo, el precio es lo que he perdido, crezco y me refresco con algo diferente. Límite y me siento al límite, tengo cosas que decir que ni siquiera la grafiti puede grabar. Pero hay que vivir incluso cuando no tienes ganas, es otra puerta que se cierra y no tienes fuerzas para abrirla. ¿Qué me importa, me he dado cuenta, que tengo algunas marcas en la piel que queman y no se olvidan? ¿Qué sabe aquel que solo me escucha aquí, quien obtiene fuerza de mis abrazos y nunca los ha dado alguna vez? Me siento débil, cuántas personas frías, la vida es tan simple como difícil de tomar. Me siento cansada, busco en vano un descanso, una vida tranquila, porque solo tiene incertidumbres quien canta. Y es la historia de quien nace y vive del arte, y es algo que no se entiende si no eres parte de ello. Y justo en el momento en que es importante tener respuestas a mis preguntas, mi dios está en otro lado.

Debo cambiar de aire, duele respirarlo, la arena se escapa dentro de un reloj de arena y no sé cómo detenerla. Llueve demasiado a menudo, crezco con el reflejo del asfalto. Charcos de lágrimas candentes caen desde arriba. Mi corazón se rompe y otro golpe golpea mi mandíbula, y la gente que profesa indiferencia es más experta en mis problemas. Sabias víboras vieron mi vida al borde del límite y las críticas malintencionadas saben matar. Pero estoy viva y este desafío no se alimenta de migajas, si sudo dejo manchas como la sábana santa. El canto me alimenta como placenta en el parto. Y cuántos amigos verdaderos tengo a mi lado y cuántos engaños? Ya no creo en ello, he visto demasiados y es oportuno, tengo duplicados los anticuerpos, ahora no creo en nadie. Frágil, me desahogo en páginas, me remango las mangas y me parece que si hipócritas, nadie es indispensable. Agradecida si me admiras, nacida entre delirios, enojada vida envenenada a lo Guccini. Límite todo y nada, solo problemas entre cuerpo y mente, dependiente de un pensamiento desconfiado. Confusiones entre acciones y buenos propósitos, quien crece entre dos fuegos y quien por dolores tiene dos corazones. Tejo mis alabanzas de una vida sin regalos y como notas, tengo más agallas que aquellos que duermen en los laureles, ¡y esto va para mis amores!

Emociones, pensamientos entre mí, se elevan en este triste día de lluvia desconsolada que dice no, simplemente no, a mi pasado, ¡no!