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Dad's Breakdown
Psapp
Dad's Breakdown
I once wrote the reasons for having the nervous breakdown I was proposing to indulge in in one column. The reasons for not having one were to go in the opposite column.
The reasons for having the breakdown were difficult to establish.
One of them was: the woman I think I'm in love with (though I wasn't entirely sure that I was) had just told me she is a lesbian, and she has fallen in love with her woman psychiatrist.
You may well laugh. I certainly did when I wrote it down in my portentous breakdown column.
I felt better.
The young woman in question then went on to have affairs with gay men. I put it all down to her father, who is a retired naval commander who invested his money in footling projects like selling clip-on car boots which only fitted one model of Rover, which was then withdrawn. Then there was her brother, who had acquired so few life skills that he could only sell the Encyclopedia Britannica to the intellectually challenged.
The right column set reasons for falling about laughing as one way of seeing the world, at least in one-point perspective.
As for shades of gray: well, I like gray - it's a friendly, comforting colour. And it was good enough for Giacometti. I went into Richmond today, and everything looked delightfully grey and muted. Grey faces smiled at me through the traffic fumes.
"I wouldn't swap this paradise for the Bahamas on a balmy day," I said to Ted Evans, our security officer, former police officer, and ex-police marksman, who had taken me to Habitat to collect the new, neutral, good-taste light fittings I had chosen for the hallways in King George Square.
"What do you think?"
Colapso de Papá
Una vez escribí las razones para tener el colapso nervioso que estaba proponiendo tener en una columna. Las razones para no tener uno iban en la columna opuesta.
Las razones para tener el colapso eran difíciles de establecer.
Una de ellas era: la mujer con la que creo que estoy enamorado (aunque no estaba del todo seguro de estarlo) acababa de decirme que es lesbiana, y se había enamorado de su psiquiatra mujer.
Puedes reírte. Yo ciertamente lo hice cuando lo escribí en mi portentosa columna de colapso.
Me sentí mejor.
La joven en cuestión luego tuvo aventuras con hombres gay. Lo atribuí todo a su padre, que es un comandante naval retirado que invirtió su dinero en proyectos insignificantes como vender maleteros de coche que solo encajaban en un modelo de Rover, que luego fue retirado. Luego estaba su hermano, que había adquirido tan pocas habilidades para la vida que solo podía vender la Enciclopedia Británica a los intelectualmente desafiados.
La columna derecha estableció razones para reír a carcajadas como una forma de ver el mundo, al menos en una perspectiva de un solo punto.
En cuanto a los tonos de gris: bueno, me gusta el gris, es un color amigable y reconfortante. Y fue lo suficientemente bueno para Giacometti. Hoy fui a Richmond, y todo lucía encantadoramente gris y apagado. Rostros grises me sonreían a través de los humos del tráfico.
“No cambiaría este paraíso por las Bahamas en un día cálido”, le dije a Ted Evans, nuestro oficial de seguridad, ex policía y ex francotirador de la policía, quien me llevó a Habitat para recoger las nuevas y neutrales luminarias de buen gusto que había elegido para los pasillos en King George Square.
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