Las Cuarenta

Desengaños y Realidades en 'Las Cuarenta' de Ricardo Carozzi

La canción 'Las Cuarenta' de Ricardo Carozzi es una profunda reflexión sobre las desilusiones y las duras realidades de la vida. Desde el inicio, la imagen del 'pucho de la vida' apretado entre los labios y la mirada turbia y fría del protagonista nos introduce en un mundo de desencanto y amargura. La letra nos lleva a través de las calles del barrio, un lugar que simboliza tanto el origen como el retorno, cargado de recuerdos y experiencias que han dejado cicatrices profundas.

El protagonista de la canción ha aprendido lecciones duras: la falsedad de las relaciones humanas, la importancia del dinero en la valoración de las personas y la hipocresía social. La frase 'sé del beso que se compra, sé del beso que se da' encapsula la dualidad de las experiencias vividas, donde el amor y la amistad están condicionados por intereses y conveniencias. La canción también aborda la resignación ante la injusticia y la impotencia, como se refleja en 'cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar'.

El estribillo refuerza la idea de que en la vida hay que adaptarse a las circunstancias, reír cuando otros ríen y llorar cuando otros lloran, para evitar ser etiquetado como 'gil'. Esta resignación y aceptación de la falsedad y el engaño como parte de la vida cotidiana es un tema recurrente en la canción. La desesperanza culmina en la confesión de que el protagonista ya no cree ni en sí mismo, reflejando una pérdida total de fe en la humanidad y en los valores que alguna vez pudo haber sostenido. 'Las Cuarenta' es, en esencia, un tango que encapsula la melancolía y el desencanto de una vida marcada por la traición y la desilusión.