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The Mary Ellen Carter
Rogers Stan
The Mary Ellen Carter
She went down last October in a pouring driving rain.
The skipper, he'd been drinking and the Mate, he felt no pain.
Too close to Three Mile Rock, and she was dealt her mortalblow,
And the Mary Ellen Carter settled low.
There were five of us aboard her when she finally was awash.
We'd worked like hell to save her, all heedless of the cost.
And the groan she gave as she went down, it caused us toproclaim
That the Mary Ellen Carter would rise again.
Well, the owners wrote her off; not a nickel would they spend.
She gave twenty years of service, boys, then met her sorry end.
But insurance paid the loss to them, they let her rest below.
Then they laughed at us and said we had to go.
But we talked of her all winter, some days around the clock,
For she's worth a quarter million, afloat and at the dock.
And with every jar that hit the bar, we swore we would remain
And make the Mary Ellen Carter rise again.
Rise again, rise again, that her name not be lost
To the knowledge of men.
Those who loved her best and were with her till the end
Will make the Mary Ellen Carter rise again.
All spring, now, we've been with her on a barge lent by afriend.
Three dives a day in hard hat suit and twice I've had thebends.
Thank God it's only sixty feet and the currents here are slow
Or I'd never have the strength to go below.
But we've patched her rents, stopped her vents, dogged hatchand
porthole down.
Put cables to her, 'fore and aft and birded her around.
Tomorrow, noon, we hit the air and then take up the strain.
And watch the Mary Ellen Carter Rise Again.
For we couldn't leave her there, you see, to crumble intoscale.
She'd saved our lives so many times, living through the gale
And the laughing, drunken rats who left her to a sorry grave
They won't be laughing in another day. . .
And you, to whom adversity has dealt the final blow
With smiling bastards lying to you everywhere you go
Turn to, and put out all your strength of arm and heart andbrain
And like the Mary Ellen Carter, rise again.
Rise again, rise again - though your heart it be broken
And life about to end
No matter what you've lost, be it a home, a love, a friend.
Like the Mary Ellen Carter, rise again.
La Mary Ellen Carter
Ella se hundió en octubre pasado bajo una lluvia torrencial y conducía. El capitán, había estado bebiendo y el primer oficial, no sentía dolor. Demasiado cerca de Three Mile Rock, y recibió su golpe mortal, y la Mary Ellen Carter se hundió. Éramos cinco a bordo cuando finalmente se hundió. Trabajamos como locos para salvarla, sin importar el costo. Y el gemido que dio al hundirse, nos hizo proclamar que la Mary Ellen Carter volvería a surgir.
Los dueños la dieron por perdida; no gastarían ni un centavo. Dio veinte años de servicio, chicos, luego encontró su triste final. Pero el seguro les pagó la pérdida, la dejaron descansar abajo. Luego se rieron de nosotros y dijeron que teníamos que irnos. Pero hablamos de ella todo el invierno, algunos días todo el día, porque vale un cuarto de millón, flotando y en el muelle. Y con cada golpe que daba en el bar, juramos que permaneceríamos y haríamos que la Mary Ellen Carter resurgiera.
Resurgir, resurgir, para que su nombre no se pierda en el conocimiento de los hombres. Aquellos que más la amaron y estuvieron con ella hasta el final harán que la Mary Ellen Carter resurja.
Toda la primavera, ahora, hemos estado con ella en una barcaza prestada por un amigo. Tres inmersiones al día con traje de buzo y dos veces he tenido la enfermedad de descompresión. Gracias a Dios, son solo sesenta pies y las corrientes aquí son lentas, o nunca tendría la fuerza para bajar. Pero hemos parchado sus roturas, detenido sus ventilaciones, cerrado escotillas y ojos de buey. Colocado cables a su alrededor, adelante y atrás, y la giramos. Mañana, al mediodía, tomaremos aire y luego tomaremos la tensión. Y veremos a la Mary Ellen Carter resurgir.
Porque no podíamos dejarla allí, ves, para que se desmoronara en escamas. Había salvado nuestras vidas tantas veces, sobreviviendo a la tormenta y a las ratas ebrias y burlonas que la dejaron en una tumba triste. No estarán riendo en otro día... Y tú, a quien la adversidad ha golpeado por última vez, con bastardos sonrientes mintiéndote en todas partes a donde vayas. Levántate y pon toda tu fuerza de brazo, corazón y cerebro, y como la Mary Ellen Carter, resurge.
Resurge, resurge, aunque tu corazón esté roto y la vida esté a punto de terminar. No importa lo que hayas perdido, ya sea un hogar, un amor, un amigo. Como la Mary Ellen Carter, resurge.
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